Tu Propósito

Es sorprendente lo que todos estos hombres tenían en común: en momentos de inseguridad y duda, cuestionaron su vocación. Veamos las calificaciones de algunos de aquellos a quienes Jesús llamó después de Su resurrección.

Simón Pedro, quien más tarde predicaría a unas 5.000 personas bajo el poder del Espíritu Santo, había negado a Jesús tres veces, tal como Jesús lo había profetizado.

Juan 21:2-3: Estaban allí varios de los discípulos: Simón Pedro, Tomás (apodado el Gemelo), Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro dijo: "Voy a pescar". “Nosotros también iremos”, dijeron todos. Entonces salieron en la barca, pero no pescaron nada en toda la noche.

Juan 21:3 Simón Pedro dijo: “Voy a pescar”. “Nosotros también iremos”, dijeron todos. Entonces salieron en la barca, pero no pescaron nada en toda la noche.

Pedro fue llamado a ser la roca sobre la cual Jesús edificaría su iglesia. Sin embargo, debido al miedo y la duda, Pedro negó a Jesús tres veces. Jesús tuvo que recordar la vida de Pedro porque no vivía según su propósito. Pedro fue llamado a ser pescador de hombres, pero en un momento de duda dijo: "Voy a pescar", confiando en sus propias fuerzas y consuelo en lugar del llamado de Dios.

El llamado de Dios a tu vida está diseñado para hacerte sentir incómodo porque requiere que tu fe sea estimulada para creer en la provisión, la sanación y la restauración. No lucharás por estas cosas en un lugar cómodo. Pedro había influido en otros para que siguieran su ejemplo de no responder al llamado cuando volvió a pescar, pero después de responder al llamado de Dios, influyó en muchas personas para que fueran valientes para Cristo.

Tomás también se convenció de no contestar el llamado en un momento de duda. Natanael, que había reconocido a Jesús como Rey de Israel desde el principio pero que al principio dudaba de la afirmación de Felipe de que el Mesías había venido de Nazaret, también se vio influenciado. La presencia de Natanael sirvió como recordatorio de la fidelidad de Dios, recordando a los discípulos que si Jesús convertía el agua en vino, podría cumplir su promesa de resucitar.

Juan 21:4-6

Al amanecer, Jesús estaba en la playa, pero los discípulos no podían ver quién era. Gritó: “Amigos, ¿han pescado algún pez?”. “No”, respondieron. Luego dijo: "¡Echa tu red a la derecha de la barca y obtendrás algo!".

Así lo hicieron, pero no pudieron sacar la red porque había muchos peces en ella.

En medio del desorden de los discípulos, después de que le dieron la espalda a Dios e ignoraron su llamado, apareció Jesús. Él te llama hoy y te pregunta si has tenido éxito en seguir tu propio camino. ¿Has encontrado placer y paz siguiendo el llamado del mundo, excluyendo a Dios de tus planes? ¿Cómo te va con esa casa, ese auto nuevo, esa nueva carrera sobre la que no le consultaste? De la misma manera, Jesús le preguntó a los discípulos si habían captado algo siguiendo el llamado del mundo. Muchos de los discípulos eran pescadores por costumbre, no por llamado de Dios. Cuando Jesús apareció, les dio un llamado enviado del cielo.

Cuando respondes al llamado del cielo, es porque la vida te ha desviado de tu verdadero propósito. Jesús te ordena nuevamente que veas si obedeces su voz. Cuando los discípulos obedecieron, pescaron tantos peces que la red se rompió por la abundancia. Cuando tú y tu familia responden al llamado de Dios, Él está decidido a bendecirlos con abundancia en su vida: nada que falte, o que esté roto. Él ha decidido restaurarte para el llamado de tu vida. Él pondrá Su visión en tus ojos y Su corazón sobre tu corazón.