La VidEjemplo

Servirnos los unos a los otros

El mundo en el que creció la Iglesia primitiva podía ser brutal. Roma, que ocupaba la mayoría de los lugares donde se había extendido el Evangelio, no valoraba mucho toda vida humana. Las mujeres, los niños y las personas de clase baja podían ser tratados como propiedad. El objetivo de la mayoría de la gente era ascender en estatus social, lo que significaba que perseguirían continuamente sus propios intereses a costa de los demás.

Esa es una de las razones por las que esta cultura competitiva no podía entender a la Iglesia primitiva. Los seguidores de Jesús vivían de forma radicalmente distinta, imitando a Cristo en su servicio a todos. Jesús había realizado deberes de siervo para demostrar Su amor y compromiso con Sus seguidores (Juan 13:1-17). Y lo que es aún más sorprendente, dejó a un lado Su gloria y Su estatus para convertirse en un hombre humilde y, finalmente, morir de la forma más humillante (Filipenses 2:5-8).

Con el ejemplo de Jesús, y dado que su estatus y aceptación ante Cristo no podían cambiar, la iglesia se vio liberada de la constante presión cultural para elevarse. En su lugar, eran libres para servir a los demás. El apóstol Pablo los instruyó de esta manera: "No hagáis nada por ambición egoísta o vanagloria. Más bien, con humildad, valorad a los demás por encima de vosotros mismos, no mirando por vuestros propios intereses, sino cada uno por los intereses de los demás" (Filipenses 2:3-4).

¿Cómo podría cambiar tu vida el hecho de "valorar a los demás por encima de ti mismo": cómo empleas tu tiempo, cómo te relacionas, cómo te ves a ti mismo? Si tú puedes reunirte con otros creyentes, ¿cómo es el servicio mutuo en la vida diaria? ¿Qué pequeños pasos podrías dar para imitar el corazón de servicio de Cristo hacia alguien? Considera la posibilidad de utilizar la siguiente oración para empezar.

Oración

"Dios, confieso que a veces es demasiado fácil actuar egoístamente con mi familia y mis amigos. Necesito Tu ayuda para poner a los demás antes que a mí mismo. Muéstrame cómo es eso hoy. Gracias porque no tengo que ganarme o luchar por un estatus contigo".

Explora a tu ritmo

Puede ser fácil servir a la gente que quieres. ¿Pero qué pasa con la gente que es difícil? ¿O las personas que te odian? Lee Romanos 12:9-21 y considera el aliento de Pablo a los cristianos de la ciudad de Roma, que pronto sufrirían una intensa persecución a causa de su fe.