El ABC de los límitesMuestra

Somos responsables "de" y "por"

Somos responsables ante los demás y de nosotros mismos. "Sobrellevad los unos las cargas de los otros," dice Gálatas 6:2 "y cumplid así la ley de Cristo." Este versículo muestra nuestra responsabilidad con los demás.

Muchas veces otros tienen “cargas” muy grandes para soportarlas. No tienen la fuerza suficiente, recursos o conocimiento para resistirla, y necesitan ayuda. Negarnos a nosotros mismos para hacer por los demás lo que ellos no pueden hacer por sí mismos es mostrar el amor inmolado de Cristo. Esto es lo que Cristo hizo por nosotros. Hizo lo que no podíamos hacer por cuenta propia; nos salvó. Esto es ser reponsable "por".

Por otra parte, Gálatas 6:5 dice: "porque cada uno llevará su propia carga". Cada uno tiene responsabilidades que solo él o ella puede llevar. Estas cosas son nuestra propia "carga" de la que debemos asumir la responsabilidad diaria y trabajar. Nadie puede hacer ciertas cosas por nosotros. Tenemos que apropiarnos de ciertos aspectos de la vida que son nuestra propia "carga".

Las palabras griegas carga y peso nos permiten comprender el significado de estos textos. La palabra griega para peso significa "cargas excesivas", o cargas que son tan pesadas que nos aplastan. Estas cargas son como rocas. Pueden aplastarnos. ¡No deberíamos cargar rocas solos! Nos rompería la espalda. Necesitamos ayuda con las rocas: esos momentos de crisis y tragedia en nuestras vidas.

Por otro lado, la palabra griega para carga significa "cargo", o "la carga del trabajo diario". Esta palabra describe las cosas cotidianas que todos necesitamos hacer. Estas cargas son como mochilas. Las mochilas son posibles de llevar. Se espera que lidiemos con nuestros propios sentimientos, actitudes y conductas, así como de las responsabilidades que Dios nos ha dado a cada uno, a pesar de que se requiere esfuerzo.

Los problemas surgen cuando las personas actuán como si sus "rocas" fueran "cargas diarias" y rechazan la ayuda, o como si sus "cargas diarias" fueran rocas que no deberían tener que llevar. Los resultados de estos dos casos son el dolor permanente o la irresponsabilidad.

Para no quedarnos en el dolor o volvernos irresponsables, es importante precisar lo que "soy", dónde está mi límite de responsabilidad y dónde comienza el de los demás.