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LA SANIDAD DEL TERCER DÍA
Vencer el duelo requiere un tiempo y una educación de tu corazón. No hay que tener prisa. Para esta nueva forma de vivir el amor sólo podemos caminar acompañados de Jesús, que también ha vivido este paso. Él lo llama “ir al Padre”. Lo expresa en términos de camino ya que tiene en cuenta que es un proceso. De hecho, la Palabra de Dios nos presenta a María Magdalena y los discípulos comenzando a transitar una nueva ruta hacia “al tercer día”. Sea para ti una cifra real o simbólica, expresa un periodo determinado de tiempo no marcado por el hombre sino por Dios. “Al tercer día…” podrás empezar a ver las cosas de una manera distinta y tu corazón estará en condiciones de recorrer nuevos senderos.
Medita en el cuerpo de Jesús; estuvo clavado en la cruz, coronado de espinas, manos y pies inmóviles más una lanza traspasando su costado. Esta es la imagen misma de la muerte que nos deja inmóviles, con pensamientos como espinas punzantes en la cabeza, preguntas sin respuestas, manos y pies paralizados que nos impiden avanzar y el corazón totalmente traspasado de dolor.
Pero todos estos sufrimientos acabaron en un día… Todo acabó al tercer día... Las heridas se llenaron de sentido, de luz, de vida y las lágrimas se secaron al sol de la mañana de la resurrección por la experiencia de la resurrección. Esta es la promesa de Dios. Sólo mira sus heridas porque ellas curaran las tuyas cuando llegue tu tercer día.
Acerca de este Plan
El dolor que acompaña la pérdida de un ser amado es tan inevitable como la muerte misma. El duelo es un proceso doloroso, pero la confianza en Dios puede ayudarte a superarlo. Te invitamos junto a la pastora Glenda Liz Amador, a descubrir cómo la fe te puede ayudar a vencer la experiencia de cada una de sus etapas.
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Nos gustaría agradecer a Iglesia Tabernáculo de Evangelización por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.iglesiatde.today/misletras-blog