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¿Dónde estamos? ¿Qué sucede?

Nuestra percepción está en peligro. A veces nos tardamos en entender lo que sucede a nuestro alrededor, pues bien, en tiempos como los de ahora es difícil mantener nuestra mente en algún sitio en específico, cuando hay muchos medios, noticias y sensaciones bombardeándonos desde todas las direcciones, así como todas las opiniones a favor y en contra, y la desinformación en redes sociales. La constante descarga de injusticia e indignación a lo largo del tiempo agobia el alma. Nos opaca la perspectiva de cuál es la historia ahora.

Una de las primeras advertencias que Jesús nos dio acerca de vivir en tiempos así fue «no se asusten». «Oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico» (Mateo 24:6). Jesús sabía que todo esto iba a pasar, sin embargo, aún no es el fin. Es parte del proceso, para prepararnos para su venida.

El enemigo sabe que no le queda mucho tiempo, por eso, trata de ponernos «nerviosos» de alguna manera, con noticias malas, con injusticia que nos gritan en todas partes «¡Enójate!, en realidad, ¡deberías estar molesto por esto!». Lo intenta para que de algún modo no veamos salida y desgastemos nuestra mente y alma pensando todos los días en qué pasará después, generando zozobra, así como lo hizo en esta pandemia que pasó del COVID-19. Lo importante es poner nuestra confianza en Dios, quien nos da la tranquilidad de que todo va a estar bien.

Hoy no te dejes llevar por aquellos pensamientos intrusos que te hacen dudar de confiar plenamente en Jesús. Deja que Él tome el control de tu vida para que cada día entiendas que Cristo es quien tiene la última palabra, no nosotros. No el mundo.

Oración:

Jesús, hoy me aferro a ti. Ayúdame cada día a sostenerme a través de tu Palabra. ¡Amén!