Confío En AbbaMuestra

LA INCREDULIDAD

¿Qué hace que no merezcas lo que Dios dice de ti?...

¿Un pecado que parece ser más grande que tú, una prueba que parece ser más grande que tú, una herida que parece atravesarte toda el alma, una mala experiencia en el pasado, el extremo de racionalizarlo todo?

Qué te pone muda la fe, qué es lo que la está callando justo ahora que provoca que no te pares en la azotea a gritarlo fuerte y con seguridad. Seguramente justo como Zacarías le dices al ángel o a Dios en su cara: ¿Señor, como estoy seguro de que esto va a pasar... si soy viejo y mi esposa tampoco es joven, además es estéril desde que la conozco?

Y no sé qué es peor... no pedir nada porque no lo merezco, u orar por algo y pedir que el mover de Dios actúe en mi vida y cuando me asegura algo detenerme e irme por el camino que llegue. Cuando Dios actúa y se levanta como pedí y aparezca frente a mí con una promesa, una experiencia o un momento, sea yo el que ahora retroceda y le ponga un pero.

Entre las manos de la incredulidad hay algo que esconde y no te muestra hasta que la dejas entrar a la casa de tu corazón, tiene una cinta que te silencia la boca, es como si amordazara tu fe y la privara de expresar con confianza qué fue lo que se te prometió y hasta hoy el Señor te ha dado.

Hoy te animo a que abras la boca, despierta tu alma, dile, grítale que despierte, retumba sus cámaras vacías y desanimadas con su Palabra, su voz ha hablado sobre ti a lo profundo de tu corazón. No hay nada que detenga lo que el Señor hará contigo. Es contigo, lo que dice el Señor, lo que te ha dicho, lo que estás recordando justo ahora, gracias al Espíritu que yace en ti eso, es contigo.

Por favor no dejes que la culpa te amordace la fe, no dejes que un pecado te calle, todos afuera están esperando a que grites con confianza lo que escuchaste porque es tuyo. No eres un huérfano, las pruebas no pueden silenciar la Palabra de Dios en tu vida, no dejes que eso ocurra. Quiero que después de esto vayas y busques lo que necesites justo ahora en la Palabra de Dios, gracia, propósito, perdón, identidad y cuando lo encuentres escribirlo y orar por esto. Sé que el Espíritu Santo te va a ayudar. Sal y proclámalo, postéalo en tus historias, cuéntale a un amigo que es eso. Pero abre la boca.