HECHOS: El evangelio del Espíritu SantoMuestra

El evangelio explosivo del Espíritu Santo

En el vibrante libro de los Hechos, observamos el asombroso despliegue del “Evangelio del Espíritu Santo”, un mensaje sin barreras, impulsado por el poder divino, que transforma vidas y culturas a lo largo de todos los confines de la tierra. Esta dinámica acción del Espíritu Santo nos revela el corazón de Dios: un evangelio universal, pluralista, diverso, comunitario y sobre todo, explosivo.

El Espíritu Santo, mencionado más de cincuenta veces en el libro de los Hechos, se posiciona como el protagonista central, moviendo a la iglesia primitiva hacia una expansión sin precedentes. La misión de llevar el evangelio “hasta los confines de la tierra“ (Hechos 1:8) se cumple no por la fuerza humana, sino por la potente acción del Espíritu. Esta misión divina trasciende toda barrera étnica, social y geográfica, demostrando el deseo de Dios de alcanzar a toda la humanidad.

• Universalidad: Hechos nos muestra que el evangelio es para todos, judíos y gentiles por igual, cumpliendo la promesa de una salvación que abraza a toda la creación.
• Pluralismo: A través de las figuras de Pedro y Pablo, vemos la coexistencia y el crecimiento conjunto de un cristianismo tanto judío como gentil, un modelo para la iglesia actual en su búsqueda de unidad en la diversidad.
• Diversidad: El libro celebra la diversidad de sus protagonistas, mostrando que el evangelio es poderoso y relevante para todas las personas, sin importar su estatus social, económico, o cultural.
• Comunidad: La acción del Espíritu Santo crea una nueva comunidad, la iglesia, caracterizada por el amor y la comunión, ofreciendo al mundo un modelo de auténtica comunidad humana.
• Explosividad: El evangelio en acción en Hechos no es una doctrina estática, sino una fuerza dinámica y transformadora, una “dinamita” espiritual que revoluciona vidas y sociedades.

Vivimos en tiempos que requieren de la iglesia una acción decidida y poderosa, guiada por el Espíritu Santo, para llevar el mensaje de Jesucristo a todos los rincones de la tierra. Este desafío no es meramente organizativo o estratégico; es profundamente espiritual y requiere de nosotros una disposición a ser llenos y dirigidos por el Espíritu Santo.

Como creyentes, estamos llamados a ser parte de este “evangelio explosivo”, llevando la luz de Cristo a todos los lugares y a todas las personas, sin importar las barreras o diferencias que puedan existir. La promesa de Jesús de que recibiríamos poder al venir sobre nosotros el Espíritu Santo es tan real hoy como lo fue en el día de Pentecostés.

Que nuestro deseo y oración sea estar abiertos y dispuestos a ser instrumentos del Espíritu Santo, para que a través de nuestras vidas el evangelio siga extendiéndose "hasta los confines de la tierra", transformando todo a su paso. Que seamos parte de esta maravillosa expansión del reino de Dios, viviendo y compartiendo el evangelio explosivo del Espíritu Santo.