Dios, yo y nosotros Parte 1Ejemplo

¿Tienes tiempo libre?
En el viaje de la vida, donde las tormentas son inevitables, el poder estabilizador de la fe y la oración se convierte en nuestra ancla. Esta verdad se ilustra vívidamente en el relato de Mateo, donde Jesús, después de alimentar a los 5.000, envía a sus discípulos en un camino a través del mar y se retira para dedicarse a la oración. Esta escena es un profundo testimonio de la importancia de buscar momentos de tranquila comunión con Dios en medio del ajetreo de la vida.
Mientras los discípulos luchan contra las olas, se desarrolla un momento sorprendente: Jesús se acerca a ellos, caminando sobre el agua. Lo confundieron con un fantasma. Su temor inicial se calma con las palabras consoladoras de Jesús: «Tened valor, soy yo. No tengáis miedo». Este encuentro demuestra vívidamente la seguridad y la fuerza que brinda la presencia de Dios, incluso en nuestros momentos más aterradores.
Esta historia refleja nuestros desafíos modernos, donde abundan las distracciones y, a menudo, desvían nuestro enfoque de las metas espirituales. Debemos entender la diferencia entre «tracción» y «distracción». La tracción se mueve hacia nuestras metas de fe, mientras que la distracción es la fuerza que nos aleja. En el mundo actual, plagado de interrupciones digitales, mantener este enfoque espiritual es primordial.
Una de las mejores maneras en que podemos encontrar tracción es a través de la oración. El tiempo libre puede transformarse en tiempo de oración. A través de la oración, encontramos oportunidades para una conexión profunda con Dios. Las distracciones, por otro lado, aunque puedan parecer menores, pueden aumentar significativamente el estrés y consumir nuestro valioso tiempo. Pueden restar valor a nuestro crecimiento espiritual y personal.
El pasaje nos insta a crear nuestros propios santuarios de oración, similares al retiro de Jesús para la soledad y la comunión con el Padre. Hacerlo nos permite alejarnos de las distracciones diarias, reenfocar nuestra fe y realinear nuestras vidas con nuestras aspiraciones espirituales. Esta práctica es esencial para cultivar relaciones sanas con nosotros mismos, con los demás y con Dios.
Cuando nos anclamos en la oración y mantenemos nuestra fe inquebrantable, estamos equipados para superar cualquier desafío. Por el contrario, sucumbir a las distracciones puede conducir a la inestabilidad espiritual. Te invito a reevaluar hacia dónde diriges tu atención y tus energías. Al elegir conscientemente priorizar la oración y la fe, te empoderas para navegar por los mares desafiantes de la vida. La oración no solo te proporciona dirección y fuerza, sino que también profundiza tu relación con Dios, ayudándote a mantener tu curso espiritual hacia la paz y la plenitud. Tómate un tiempo ahora mismo para estar en comunión con Dios. Pídele que te ayude a identificar a dónde ha ido tu tiempo libre.
Escrituras
Acerca de este Plan

¿Te cuesta concentrarte? ¿Te sientes distraído cuando tratas de pasar tiempo con Dios? Sumérgete en Mateo y concéntrate en Jesús. Entonces, verás que cuando dejas que las aguas de la distracción se asienten, puedes caminar con Él. Si quieres una base segura, incluso en las tormentas, dirige tu atención a Cristo.
More
Nos gustaría agradecer a Gregg Matte por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://houstonsfirst.org/