Dios, yo y nosotros Parte 1Muestra

Es hora de reiniciar

En la sociedad acelerada en la que vivimos, el concepto de «tiempo juntos» se extiende mucho más allá de la presencia física. Se trata de hacia dónde dirigimos nuestro enfoque y atención, especialmente en nuestras relaciones con Dios, con nosotros mismos y con los demás.

Este desafío se resume en el término «Atención parcial continua», acuñado por Linda Stone, ex consultora de Microsoft y Apple. Este estado de compromiso constante y parcial con múltiples tareas significa que nunca estamos completamente presentes en una sola situación. Esta atención dispersa obstaculiza nuestras experiencias, relaciones y crecimiento espiritual. ¿Has sentido esto antes? ¿Tu familia recibe toda tu atención? ¿Qué pasa con tus amigos o incluso con tu trabajo? En última instancia, ¿cuánta atención recibe Dios?

Frente a esta realidad, se nos invita a abrazar un lema simple: «Dios, yo, nosotros». Priorizar a Dios allana el camino para la sanación interna y el desarrollo personal, lo que a su vez fortalece nuestras conexiones con los demás. Este concepto se ilustra vívidamente en el pasaje bíblico cuando Pedro camina sobre el agua. Mientras Pedro mantiene su enfoque en Jesús, camina con confianza sobre el agua, pero en el momento en que las distracciones toman importancia, comienza a hundirse. Esta historia refleja metafóricamente nuestra lucha diaria con las distracciones y la importancia de mantener la concentración.

La canción country «Country Again» de Thomas Rhett captura un sentimiento similar. Articula un anhelo de volver a nuestras raíces, a la simplicidad y al enfoque, que a menudo se pierden en las complejidades de la vida moderna. La canción se expresa como una metáfora de nuestro viaje espiritual, destacando la necesidad de reevaluar periódicamente y volver a centrarnos en nuestros valores y relaciones fundamentales.

¿Hacia dónde destinamos nuestra atención? ¿Estamos atrapados en un ciclo de atención parcial continua, o estamos completamente comprometidos en nuestros momentos con Dios, con nosotros mismos y con los que nos rodean? Nuestro llamado es llevar vidas intencionales, que eligen conscientemente dónde poner nuestro enfoque. Tales elecciones nos permiten llevar vidas más significativas, ancladas en lo que realmente importa.

Que esto sea un llamado a la acción, para evaluar y posiblemente realinear hacia dónde dirigimos nuestra atención. Al hacerlo, enriquecemos nuestras propias vidas e impactamos positivamente a quienes nos rodean. Esforcémonos por estar plenamente presentes en todos los aspectos de nuestras vidas, al abrazar cada momento con claridad y propósito mientras seguimos a Jesús.