Dios, yo y nosotros Parte 1Muestra
El llamado a enfocarte en la fe
En nuestro camino de fe, comprender la esencia de la invitación de Jesús es crucial. Considera el momento profundo en Mateo 14:27 donde Jesús dice: «Tengan ánimo, soy yo. No tengáis miedo». Esta afirmación no solo es reconfortante, además es una declaración de su naturaleza divina, haciendo eco del nombre del pacto de Dios del Antiguo Testamento.
Cuando Pedro, en medio de las aguas tempestuosas, le pidió a Jesús que le ordenara caminar sobre el agua, Jesús simplemente dijo: «Ven». Esta sola palabra encapsula el corazón del Evangelio: una invitación a confiar en Cristo y dar un paso de fe. La Biblia misma concluye con esta palabra en Apocalipsis, invitándonos a venir a Cristo para descansar y salvarnos.
El intento de Pedro de caminar sobre el agua es una poderosa ilustración de la fe en acción. Salió de la barca y caminó hacia Jesús. Pero cuando cambió su enfoque a los fuertes vientos, el miedo se apoderó de él y comenzó a hundirse. Este momento nos enseña una lección vital, nuestro progreso espiritual está directamente relacionado con nuestro enfoque en Jesús. Al igual que Pedro, cuando fijamos nuestros ojos en él, encontramos la fuerza para navegar las tormentas de la vida.
¿Cómo mantenemos este «enfoque» direccionado solo en Jesús? Comienza con la comprensión de nuestros valores y lo que consideramos importante en la vida. Cuando sabemos lo que valoramos, es más fácil concentrarse y reconocer las distracciones. Por ejemplo, los buenos padres sienten el peso de su papel porque valoran la relación con sus hijos. Reconocen las distracciones que los alejan de este importante aspecto de sus vidas.
La clave para una relación más profunda con Dios radica en tres conceptos simples pero profundos: ritmo, lugar y gracia. Ten en cuenta el ritmo de tu vida. ¿Es propicio pasar tiempo de calidad con Dios? La vida de Jesús, marcada por un ritmo que permitió un profundo compromiso con las personas y con Dios, es nuestro modelo. Luego, está el lugar. Es esencial tener un espacio designado para encontrarse con Dios. Puede ser una habitación específica o un rincón de tu casa que simbolice tu compromiso de pasar tiempo con Él.
Por último, la gracia. No todos los días serán perfectos. Habrá días en los que tu devoción sea breve o en movimiento. Ahí es donde entra la gracia. Permítete la gracia de crecer en tu relación con Dios, entendiendo que es un camino con altibajos.
El llamado de Jesús: «Ven», es una invitación abierta para cada uno de nosotros. Es un llamado a salir de nuestra zona de confort y caminar hacia Él, mantiene nuestro enfoque fijo en Él, no en las distracciones de la vida. Enfocarnos en Jesús profundiza nuestra relación con Dios, fomenta una vida de propósito y paz.
Acerca de este Plan
¿Te cuesta concentrarte? ¿Te sientes distraído cuando tratas de pasar tiempo con Dios? Sumérgete en Mateo y concéntrate en Jesús. Entonces, verás que cuando dejas que las aguas de la distracción se asienten, puedes caminar con Él. Si quieres una base segura, incluso en las tormentas, dirige tu atención a Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Gregg Matte por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://houstonsfirst.org/