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Eres libre de la inferioridad

Hoy podemos dar gracias porque Jesús ha sustituido nuestra inferioridad por una profunda confianza en Dios. Ya que estamos en Cristo, podemos vernos a nosotros mismos desde una perspectiva redimida. Somos elegidos, reales y especiales. Somos aceptados como pueblo de Dios. Se nos llama y tenemos un propósito.

Antes de Cristo, éramos vagabundos. Estábamos perdidos. Nuestro pasado estaba plagado de faltas. Nuestros futuros estaban atormentados por miedos y condenas. En medio de nuestra desgracia, Jesús se levantó y dijo que recibiríamos su misericordia.

La mayoría de nosotros experimentamos inferioridad en algún ámbito de nuestra vida. La inferioridad es el sentimiento de insuficiencia que nos hace pensar que somos menos, sobre todo cuando nos comparamos con los demás. Sugiere que tenemos un estatus subordinado, que somos insuficientes, débiles o mediocres.

¿Qué causa el sentimiento de inferioridad? La raíz de toda inferioridad es el pecado: la separación de Dios y de su vida divina. Las personas no fueron creadas para sentirse inferiores. Cuando el pecado entró en la familia humana, el sentimiento de inferioridad se grabó en la psique de la humanidad, y esa marca es profunda y universal. Algunas personas proyectan una imagen de grandeza propia. Sin embargo, esto suele ser una pantalla para cubrir profundos sentimientos de insuficiencia y mediocridad.

Si has aceptado a Jesús en tu vida, pero sigues viviendo con un sentimiento de inferioridad, es hora de que aceptes tu nueva posición en Cristo. Recuérdate a ti mismo: «Soy especial; soy un elegido. Soy la élite en Cristo». Vivir libre de inferioridad es una disciplina de fe; Cristo te ha redimido a una herencia real y sacerdotal. A medida que ejercites la fe en esa verdad redentora, caminarás libre de ataduras. ¡Tu inferioridad ha sido sustituida por una dignidad piadosa!

Pensamiento del día: Afrontaré el día con una perspectiva redimida que me permita verme a mí mismo a través de mi identidad en Cristo. No soy menos que nadie. ¡Soy amado!

Para más información sobre este devocional, sigue este enlace: https://osborn.org/.