Habla Sobre MíMuestra

«Jesús habla promesa sobre ti»

Hay muchas promesas de Dios registradas en su Palabra y son las que sostienen nuestra fe y nuestra mirada puesta en el Dios invisible. Dios es Todopoderoso y su Palabra es vida para el que la cree y recibe. Su Palabra es digna de crédito. La Palabra de Dios nos enseña, nos corrige, nos entrena en cómo ser hombres y mujeres preparados para hacer toda buena obra, para hacer lo bueno, para manifestar en nuestras acciones al Espíritu Santo que nos habita.

Nuestro Señor Jesucristo antes de irse a los cielos hizo la promesa de nunca dejarnos huérfanos. Así que prometió enviar al Espíritu Santo, a quien llamó el Consolador. Prometió que el Espíritu Santo nos mostraría todas las cosas y nos recordaría todas sus palabras dichas. ¡No estamos solos! ¡El Espíritu Santo está en nosotros siempre!  Sin la presencia del Espíritu Santo, no podríamos llevar la clase de vida de la que habla el Nuevo Testamento. Por eso esta promesa, es tan importante para nosotros. Él nos habita, debemos morir a nosotros para que sea Él quien se manifieste.

Jesús, cuando se hizo hombre, solo podía estar con unos pocos, porque se había encarnado y necesitaba cumplir el propósito por el cual vino a la Tierra. Pero, Él vio más allá, y dijo que era necesario que Él se fuera, para que el Espíritu Santo viniera, para estar dentro de todos los que creyeran en Jesús. No estamos inaccesibles a la sabiduría, el Espíritu Santo nos guía y enseña todas las cosas. Nos hizo el templo vivo del Espíritu Santo. Y es el Espíritu Santo, quién nos recuerda y ayuda constantemente a confiar en cada una de las promesas del Padre Celestial para nosotros. Su obra es tan profunda, y debemos dejar que actúe en nuestras vidas.

El Espíritu Santo confirma la Palabra de Dios en nuestros corazones. El Espíritu Santo, da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. El Espíritu Santo llegó a la tierra como un viento recio, con poder y fuego listo para realizar obras poderosas pero también como consuelo para aquellos con el alma dolida.