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Lo Que Dios Nos DaMuestra

Lo Que Dios Nos Da

DÍA 3 DE 5




Gracias, Señor

Si hay algo de lo cual los cristianos debemos estar agradecidos es del continuo cuidado de Dios por nosotros. Jesús nos enseñó con muy bellas ilustraciones cómo somos atendidos por el Padre Celestial. Especialmente, cuando nos enseña que nos debemos estar afanados, sino que debemos descansar en su cuidado, en su protección y provisión.

Él nos deja saber que si Dios viste hermosamente a la flor del campo cómo no va a proveernos vestimenta a sus hijos. Nos garantiza que el Dios del cielo, quien alimenta a los pajaritos, es quien sustenta a sus hijos. Jesús quiere que descansemos en la bondad de nuestro amado Padre celestial y que no nos afanemos por las cosas materiales que son necesarias para nuestra subsistencia.

No quiere decir que nos acostemos en una hamaca a esperar que nos caiga pan del cielo. La intención de Jesús va dirigida a que tengamos fe de que Dios conoce nuestras necesidades y Él proveerá. No quedan fuera el trabajo, el esfuerzo, la dedicación. Lo que debe quedar fuera es el afán y la ansiedad. Si Dios abre su mano y colma de bendición a todo ser viviente cuánto más bendecirá a los que fuimos hechos hijos suyos por la fe en Jesús.

“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas” (Mt. 6:31-32).

Dios nos cuida, de día en día nos sostiene y nos sustenta, no solo de las cosas materiales sino de aquellas que alimentan nuestra alma. Ha puesto el pan de su Palabra sobre nuestra mesa, una mesa que siempre está llena para que nos acerquemos a comer y a saborearla en cualquier momento. “El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila" (Sal. 103:5).

Él nos ha vestido de Cristo, “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (Gál. 3:26-27). La justicia, la verdad, la fe, la paz, el amor son algunos de los adornos que nos han sido dados cuando fuimos vestidos de Cristo.

El salmista sabía que Dios le había bendecido, no sólo en lo material sino también en lo espiritual. También sabía que somos propensos a acostumbrarnos a los bienes que Dios nos da y que, por tanto, los damos por sentado. Por eso le llamaba la atención a su alma con unas palabras muy sabias, palabras que debemos también decir nosotros.

“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila" (Sal. 103:1-5).

No olvidar es la consigna. Mirar y valorar lo que poseemos, lo que nos ha sido dado nos lleva a la adoración y al agradecimiento a Dios. Un corazón agradecido sabe disfrutar lo recibido y da gloria a Dios.

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Lo Que Dios Nos Da

De vez en cuando, debemos hacer un alto en toda nuestra cotidianidad y hablarnos a nosotros mismos como lo hizo el salmista consigo mismo, cuando dijo: “Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios". ...

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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/GrettchenStage

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