Lo Que Dios Nos DaMuestra

Lo que Dios nos da

Si comenzamos a hacer una lista de todas las cosas que sabemos que Dios nos ha dado debemos contar con mucho tiempo para hacerlo. Empezando por amarnos a nosotros primero a pesar de ser pecadores y estar lejos de Él y siguiendo por la salvación tan grande que nos ha dado en Cristo Jesús, la lista sería inmensa.

Cuando se trata de dar podemos decir con entera certeza que nuestro amado Padre Celestial es infinitamente dadivoso. La Palabra de Dios dice que “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Stgo. 1:17). Con esto en mente, no cabe duda alguna que Dios está continuamente dándonos de sus bendiciones para nuestro provecho.

Así es que, cuando meditamos en esto, quizá para hacer nuestra lista, nuestra cabeza se inclina avergonzada por las veces que nos quejamos por lo que entendemos que debiéramos tener o no tenemos. O, tal vez, el descontento venga como resultado de comparar lo que tenemos con lo que tienen otros.

Esto me hace recordar las sabias y humildes palabras del apóstol Pablo: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad" (Fil. 4:11-12).

Dicho esto, y como si fuera poco, Dios nos da “mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos" (Ef. 3:20). Viene a mi mente la imagen de la tinaja de harina y la vasija de aceite que la mujer de Sarepta vertía sin que se terminasen. Dios le estaba supliendo, la estaba sustentando. Sus palabras fueron: “La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá" (1 Rey. 17:14).

Cuán maravilloso es saber que servimos a un Dios que nos da más allá de lo que esperamos en adición a todo lo que ya nos ha sido dado en Cristo Jesús. Cuando veo la mano de Dios actuando en cada mínimo detalle de mi vida me gozo con todo mi corazón. Él es un Dios de cerca que abre continuamente sus manos para bendecirnos. Pablo dijo, acerca del Dios vivo a quien amamos y servimos, “que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1 Tim. 6:17).

No hay manera de que podamos agradecer tanta bondad, tanta generosidad de nuestro Padre celestial, pero démosle gracias no sólo con nuestras palabras, sino también con nuestra adoración, nuestro servicio y testimonio.“Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo" (Ef. 5:20).