La Gracia Inquebrantable.Muestra

La gracia inquebrantable de Dios te alcanza, si y solo si, vives de acuerdo a Su Palabra.

En busca de observar sin ser reconocido, Pedro se vio expuesto cuando una criada lo identificó como discípulo de Jesús. Acusado abiertamente, Pedro fue seguido por el patio del sumo sacerdote, revelando su identidad a todos.

De repente, la situación se complicó para el apóstol. Las acusaciones llovían sobre él, lo suficiente para inquietar a cualquiera.

Atrapado y presa del terror, Pedro cedió ante las preguntas de la criada. El valiente y decidido Pedro se desvaneció al negar conocer a Jesús, incluso maldiciéndose .

¿Dónde quedó su fidelidad hasta la muerte prometida a Jesús? En un instante, se derrumbó y negó a su Maestro sin necesidad de torturas extremas, solo ante las preguntas de una criada.

¿Cómo negar a quien compartió tres años de su vida? ¿No había estado Jesús en su hogar, sanando a su suegra? ¿No habían pescado juntos y predicado por doquier? ¿No le había salvado del ahogamiento en el mar? ¿Cómo negar lo vivido juntos?

Pedro disfrutó del prestigio de ser apóstol de Jesús, pero admitirlo en su abandono suponía un alto costo, quizás hasta la vida. Temeroso, negó cualquier vínculo con Jesús. En este sentido, somos parecidos a Pedro en nuestra debilidad.

Este incidente, registrado en las Escrituras, nos recuerda nuestra fragilidad. La caída del hombre es débil, incluso en los mejores, y nadie debe creerse inmune a la caída. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. (Efesios 6:13).

Mateo 10:33 enseña que quienes confiesen a Jesús ante los hombres serán reconocidos por Él ante Dios, pero los que lo nieguen también serán negados ante Dios. La negación de Cristo se refiere a rechazar sus enseñanzas y derechos sobre la vida de uno. Esto no se refiere a una negación momentánea como la de Pedro, sino a un rechazo constante y definitivo.

La negación de Cristo se manifiesta al no marcar la diferencia en el mundo, al hablar sin sinceridad y al vivir en contra de los valores. Mateo 15:8 destaca que, aunque se le honre con palabras, si el corazón está lejos de Él, no es suficiente.

Te invito a orar a Dios y reflexionar sobre los textos bíblicos que nos ayudan a resistir la tentación.