DIOS ME AMAMuestra

Dios me ama incondicionalmente.

Ya vimos que Dios amó al mundo y por eso envió a Su Hijo unigénito para salvarnos. Por tanto, Dios ama a todos sin distinción. Pero ese amor de Dios para ti y para mí es personal, es decir, Dios te ama a ti de forma individual. Fíjate que no te he hablado de sentir el amor de Dios, sino de saber, de conocer. Gracias a Dios por las emociones o sentimientos que tenemos, pero cuando se trata de las cosas espirituales es importantísimo que entendamos que hablamos de creencias, de conocimiento y no de sentimientos (Os. 4:6).

Según la Biblia, una de las razones por las cuales el pueblo de Dios se perdió fue porque les faltó conocimiento, y esto nos permite entender que cuando nos falta conocimiento de Dios sufrimos. Esta es una realidad que nadie puede negar. También el Apóstol Pablo habló en diferentes ocasiones sobre la importancia de saber o de conocer: “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos" (Ef. 1:17-18).

Lo cual indica que el amor de Dios lo conocemos al relacionarnos con Él, de forma íntima y personal. Muchas personas creen que deben ganarse el amor de Dios, por tanto, viven vidas destrozadas, porque creen que deben ganarse la aprobación de Dios continuamente.

Y de ahí que cuando fallan, o pecan, se sienten condenados porque creen que no cumplieron con las expectativas que Dios tenía para ellos. Déjame darte un ejemplo sobre este asunto; por la gracia de Dios, en el momento de escribir este devocional, llevo casi 24 años casado con Keyla, la mujer más maravillosa y preciosa de este mundo.

Ahora, imagina que un día le pregunto a Keyla: «¿Me amas?». obviamente esperando un rotundo y rápido «Sí». Ella, en su lugar, me mira con cara de duda y me dice: «Bueno, creo que sí. Supongo que te amo» Imagínate cómo me sentiría yo en ese momento, ¿crees que esa respuesta me dejaría tranquilo? Puedo asegurarte que no.

Así que a partir de ese momento yo empezaría a buscar maneras de hacer que ella esté bien segura de su amor por mí. Trataría de esforzarme al máximo, pero siempre en mi interior seguiría esa duda, y no podría dormir tranquilo por causa de esa inquietud. Obviamente viviría estresado porque a pesar de todos mis esfuerzos, siempre seguiría preguntándome: «¿Qué más puedo hacer para ganarme el amor de mi esposa?». Fíjate que esta situación de estrés viene porque no estoy seguro del amor de mi esposa por mí, no de mi amor por ella.

Yo estoy seguro de que amo a Keyla, pero su respuesta ha hecho que yo no esté seguro de su amor por mí. Y pasa lo mismo con muchos cristianos; verás, pueden estar seguros, o creen estar seguros, de que aman a Dios, pero no están seguros de cuánto Dios los ama a ellos. Sin embargo, mi historia cambiaría completamente cuando yo le pregunto a Keyla: «¿Me amas?». Y ella, incluso antes de que yo acabe la pregunta, ya me está diciendo: «Por supuesto que te amo».

Esto no produce ningún estrés en mi vida. Por el contrario, hace que yo viva tranquilo y confiado porque sé que mi esposa me ama sin ningún tipo de duda. De hecho, doy gracias a Dios porque ni Keyla ni yo necesitamos preguntarnos esto, ya que continuamente nos estamos declarando nuestro amor mutuo.

Ahora, imagina por un momento cuánto nos ama Dios que incluso las Escrituras aseguran categóricamente que tanto amó Dios al mundo (Por favor reemplaza la palabra mundo por tu nombre, para que comprendas la grandeza del amor de Dios por ti) que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Jn. 3:16).

¡Medita en esto!

Por, Kenneth Solá y Equipo TopCristianos

En TopCristianos esperamos que este plan devocional haya sido de bendición para tu vida, queremos que sepas que alrededor del mundo hay un grupo de personas orando por ti y por tu crecimiento espiritual porque creemos que,¡eres una bendición!

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