El Ministerio de la ReconciliaciónMuestra

El Ministerio de la Reconciliación

por Rocky Fleming

Dotado para reconciliar

Se ha dicho que para lograr la reconciliación entre las partes se requiere un dame y toma en ambas partes. Suena más a compromiso, ¿no? Rara vez ambas partes obtienen todo lo que quieren con un acuerdo de compromiso. Con la reconciliación, o bien se pierde un requisito o bien una o ambas partes conceden el perdón. A veces hay un compromiso para hacer esto. Las partes interesadas deben ver que hay algo más importante en juego que mantener una posición, y el restablecimiento de la relación se convierte en un objetivo mayor. Esto nos ayuda a entender cómo un Dios Santo abrazaría a pecadores como tú y como yo en Su corazón y nos reconciliaría con Él.

El dar y recibir se vio en que Dios dio y nosotros tomamos. No teníamos mucho que devolverle, aparte de una respuesta a Su regalo, que es amor y obediencia, e incluso nos equivocamos la mayor parte del tiempo. Pero necesitamos ver que, aunque hemos sido reconciliados con Dios, Él no transigió con el requisito de ser perfectos y sin pecado. Aquí es donde tenemos que cambiar nuestra comprensión terrenal sobre la reconciliación con Dios y no verla como un compromiso.

Tener una relación reconciliada con Dios requiere que la perfección completa y la pureza absoluta de Jesús sean nuestra sustitución. Él hizo el trabajo por nosotros. Nosotros somos los destinatarios. No hay compromiso con Dios en este requisito. Podemos ser reconciliados, y Él nos reconcilió con Él. Pero tenemos que hacerlo en Sus términos. Porque esto es verdad para nosotros, también es verdad para nosotros, si somos discípulos de Cristo.

Como reconciliadores a quienes se les ha dado el ministerio de la reconciliación, necesitamos entender el poder del Evangelio que puede hacer lo imposible para reconciliar a los pecadores con Dios, y también, a los pecadores entre sí. Cuando te resulte imposible perdonar, amar, reconciliar y restaurar, solo recuerda lo que se hizo por ti. Has sido dotado para ser un reconciliador porque has sido reconciliado. Tienes un ministerio para hacer esto. Así que usa tu don.