El Ministerio de la ReconciliaciónMuestra
El Ministerio de la Reconciliación
por Rocky Fleming
Reconciliado para reconciliar
Cuando Jesús dijo que Sus discípulos debían hacer lo que Él hacía (Juan 13:14), Él puso una tensión santa en nuestra vida. Esta tensión es un recordatorio de una intencionalidad deliberada de no permitir que las normas del mundo dicten nuestra perspectiva y comportamiento, sino más bien que Su vida y enseñanzas sean nuestra guía. No hay mejor ejemplo de esta tensión para hacer las cosas como Él las hace que ser un reconciliador para otras personas. Jesús fue el Reconciliador de Dios que vino en carne a ti y a mí. Él tuvo que vencer cada tentación y limitación percibida de la humanidad que nosotros como humanos tenemos para ser este Reconciliador para nosotros.
Por lo tanto, si queremos entender la palabra "reconciliación" desde un punto de vista bíblico, desde el punto de vista de Jesús, debemos ir a la pregunta del porqué. ¿Por qué hizo Jesús el esfuerzo? ¿Por qué se incomodó a sí mismo al dejar su trono en el cielo para venir a reconciliarnos con Dios? Si podemos entender esto mejor, entonces podemos entender mejor por qué nosotros, a su vez, seríamos un reconciliador para otras personas con Jesús. Entenderíamos mejor por qué debemos ser los reconciliadores que abren el camino para que la paz viva en las relaciones. Debemos responder a la pregunta del porqué.
Esta pregunta no puede ser contestada por la fuerza de voluntad de Jesús, ni por los esfuerzos que Él hizo en Sus enseñanzas y sacrificios. Esas cosas surgieron de la respuesta a la pregunta del por qué. Fueron las cosas que Él hizo para reconciliarnos. La respuesta se encuentra en el amor que Él recibió del Padre y Su amor de vuelta al Padre. Es el amor incondicional de Dios en Él lo que hizo que Él hiciera las cosas que hizo por nosotros, al convertirse en el iniciador de nuestra reconciliación.
Lo hizo porque era la misión que Su Padre le envió a cumplir. De la misma manera, la pregunta del por qué se responde en nuestra vida. ¿Por qué nos incomodaríamos en iniciar la reconciliación cuando todo en nosotros grita: "¡¡Ni siquiera Dios podría amar a esa persona!!". Es porque Dios nos ama, y sabemos que Su amor puede amar incluso a las peores personas. Renacemos en una familia real cuando Jesús llega a nuestra vida. Cuando Su Espíritu entra en nosotros, se nos da un ministerio de reconciliación. Hemos sido reconciliados con Dios. Pero debido a que lo hemos sido, se nos ha dado la misión de hacer lo que Jesús hizo por nosotros. Nosotros también debemos ser reconciliadores.
Escrituras
Acerca de este Plan
Si eres cristiano, debes entender que Jesucristo te reconcilió con Dios a través de Su muerte en la Cruz. Pero, ¿sabías que, con eso, viene un ministerio de reconciliación para todos los creyentes? Sí, con el gran don de Su amor, misericordia y reconciliación viene el mandato de ser reconciliadores con los demás. Aprende cómo puedes ser un conducto para la reconciliación.
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Nos gustaría agradecer a Influencers Global Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.influencers.org/espanol