Vivir La Gloriosa EsperanzaMuestra

«Vivir la gloriosa esperanza 2»

Bajo la gran promesa de que Cristo vendrá por su novia, la iglesia; te preguntarás, ¿cómo puedo vivir este tiempo de espera? ¿Cuál es mi quehacer como parte de la novia para esperar al novio?  Déjame darte cuatro consejos.

1. Espera viviendo confiado en la gracia de nuestro Dios

Porque la gracia de Dios se manifiesta, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente.

Con “viviendo confiado”, nos referimos a descansar en Él. Una de las definiciones para descansar, es estar apoyado sobre una cosa. Así debe ser tu vida, apoyado en Él todo el tiempo. Pero esto solo puede lograrse a través de su gracia.

Hay dos tipos de gracia: la gracia común y la gracia salvadora. La gracia común, es el favor que Dios da a todas las personas. Se manifiesta proporcionando el sol, la lluvia, la alimentación, la salud general, etcétera. La gracia común se extiende a cada vida humana.

La gracia salvadora es el favor de Dios para los que han confiado y confesado, que Jesús es su Señor. Se basa en el amor de Dios manifiesto en el sacrificio de Jesús por el perdón de nuestros pecados.

2. Espera, permite que la gracia de nuestro Dios transforme tu ser

La gracia de Dios no solo te permite vivir confiado en su promesa, que regresará; además te permite ser transformado. 

Esta es la gracia a la que se refiere el versículo 12 de Tito 2, la gracia de Dios que habilitó la encarnación, el sacrificio de Cristo, la resurrección y que el Espíritu more en nosotros.

El Señor nos regala una gracia transformadora. Por mucho que querramos y lo intentemos, no podemos cambiarnos a nosotros mismos. Pero si confesaste con tu boca que Jesús es el Señor, tu pasado, tus errores y tus desaciertos han sido perdonados y Él ha hecho de ti una nueva criatura, llena de su gracia.

La gracia nos lleva a decir no, a lo que nos destruye, a lo que nos aleja de Dios. Y por el contrario, nos inclina a la justicia, la piedad, el domino propio.

Podemos vivir una vida de auto control, de amor a nuestro prójimo y de relaciones sanas, una vida de devoción a pesar de estar inmersos en una cultura errada.