Vivir La Gloriosa EsperanzaMuestra
«Vivir la gloriosa esperanza 1»
Si piensas que la iglesia está pasando por momentos difíciles, no te preocupes, ya ha pasado por otros momentos así y sigue en pie. Sin importar lo que suceda en el mundo o con las leyes, con Cristo tenemos un destino seguro.
Este destino está descrito en las Escrituras, es un destino lleno de gloria, de seguridad, de amor, de salvación y de vida eterna.
En Efesios, Pablo explica que la relación matrimonial es un paralelo de nuestra relación con Cristo. Jesús es el novio y nosotros, la iglesia, somos su novia.
Juan, describe en Apocalipsis 19:7-10, que escuchó una gran multitud alabando a Dios, porque la fiesta de las bodas del Cordero estaba por comenzar. Este concepto, se entiende mejor a la luz de las costumbres de los tiempos de Jesús.
Una boda, era un largo proceso que constaba de tres etapas:
Primera etapa, se hacía un contrato de matrimonio entre los padres de los novios. El papá de la novia pagaba una dote al novio o a sus padres. Esto daba inicio al período de los esponsales, lo que ahora conocemos como el compromiso.
La segunda etapa, ocurría un año después. El novio, acompañado por sus amigos, iba a la casa de la novia a media noche, creándose un desfile con antorchas a través de las calles. La novia sabía de esto con anticipación, así que ella y sus doncellas estaban preparadas. Todos se unían al desfile de los novios a la casa del padre del novio.
La tercera etapa, era la cena de bodas, una fiesta a la que muchos eran invitados y duraba varios días.
En la relación entre Jesús y la iglesia, la primera fase se cumple en la Tierra, cuando cada creyente pone su fe en Cristo como Salvador. La dote pagada al Padre del Novio, (Dios Padre) es la sangre de Jesucristo derramada en nombre de la Novia. La iglesia en la Tierra, está “comprometida” con Cristo Jesús y espera su llegada.
La segunda etapa será con el arrebatamiento de la iglesia; cuando Cristo venga por su novia y la lleve a la casa del Padre.
Entonces, la cena de las bodas del Cordero, será el tercer y último paso.
¡Nuestro desafío, como la iglesia de Cristo, es estar listos para el gran día! Manteníendonos firmes, atentos y preparados para ese momento.
Acerca de este Plan
Dios nos ha dado promesas maravillosas en su Palabra. Él es fiel y siempre cumple lo que promete. No obstante, en ocasiones existe un periodo de espera en lo que su promesa se hace realidad. Esto funciona así tanto en el plano personal, como en el plano general como Iglesia. En este plan, Esteban Vázquez nos explica qué hacer como Iglesia mientras esperamos la manifestación gloriosa de Cristo al mundo.
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Nos gustaría agradecer a Esteban Vázquez en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: https://esp.championforest.org/ y www.elcentronetwork.com