La JugadaMuestra

Querer algo no está mal, pero es importante pensar por qué lo queremos. Muchas veces, se reduce al orgullo. Creemos que merecemos lo que queremos o que tenemos derecho a ello. Con el tiempo, ese orgullo puede incluso tentarnos a creer que debemos hacer algo que sabemos que puede no ser sabio o ni siquiera bueno para conseguirlo. En esos momentos, es importante recordar que Dios en verdad quiere lo mejor para nosotros. Cuando creamos que eso es verdad, pasaremos menos tiempo concentrados en lo que queremos y más tiempo concentrados en el bien que sabemos que Dios tiene para nosotros. Podemos dejar a un lado nuestro orgullo y seguir a Dios hacia lo que es mejor.

Habla con el líder de tu grupo pequeño acerca de algunas cosas que realmente deseas en este momento. Pídele que te ayude a ver dónde estás siendo motivado por algo que no es lo mejor que tiene Dios para ti.