Una Fe VivaMuestra

Una fe viva: Ayuda

Cuando la fe está viva no se puede quedar quieta, se mueve en el entorno identificando necesidades o situaciones en donde pueda ayudar, donde pueda actuar, donde pueda resolver los problemas de otros. No es una fe estática, es una fe que se preocupa por aquellos que aún tienen falta de fe.

Una fe viva está dispuesta a ayudar, está preparada para asumir compromisos que van más allá de lo que puede ver o entender.

La fe viva incomoda, por eso Moisés al ver la necesidad de sus hermanos decidió tomar acción, decidió ayudar a ese pueblo. El pueblo conocía a Dios, creía en Dios, pero con una fe distante y mermada por todas las situaciones vividas; es ahí donde la fe viva de un hombre actúa en favor de aquel que lo necesita.

¿Cómo es que Moisés podía ver aquello invisible? ¿Cómo escogió estar entre los maltratados en lugar de actuar desde su posición de poder como nieto del faraón?

Con la fe viva que arde como la zarza y mueve a hacer lo impensable, lo imposible, lo inimaginable.

Esa fe viva se mueve desde lo más profundo para sentir del corazón de Dios hacia la necesidad de aquellos que sufren; aquellos a quienes se les ha quitado la oportunidad de una vida digna y plena.

La fe viva ayuda a resolver, aliviar, sanar, liberar y fortalecer a todos aquellos que lo necesitan.

Oremos: “Dios, en este mundo donde hay miserias, dolor, angustia, pobreza y necesidad, abre nuestros ojos para ver las maneras correctas de ayudar, consolar, animar, liberar y construir comunidades de fe viva”.