Una Fe VivaMuestra

Una fe viva: Transforma

La ley de la conservación de la materia de Lavoisier dice que: “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”.

Este proceso de transformación lo podemos ver en la naturaleza, en los cuerpos vivos y en los muertos, cambian conforme pasa el tiempo; Los vivos florecen y los muertos se deterioran y se hacen polvo; Sin embargo, la fe viva transforma lo muerto en vida, lo desgastado en útil, lo imposible en múltiples posibilidades.

La fe viva actúa transformando el entorno, haciendo florecer el desierto más árido.

¡Imagina lo que puede hacer la fe! Un hombre de avanzada edad y cuya esposa era estéril, fue transformado por la fe al creerle a Dios. Le dijo que tendrían una familia tan numerosa como las estrellas del cielo, una descendencia incontable como la arena del mar.

Esa noticia transformó la vida de ese hombre anciano, su entorno y su percepción de las cosas, su manera de actuar y quizás hasta su relación matrimonial. La transformación de la vida de Abraham nos puede ayudar a entender que la fe viva, actúa.

¿Puedes imaginar lo que pensó Abraham cuando Dios le pidió salir de su lugar de comodidad? ¿Quizás por momentos dudaba de que fuera Dios quien le había hablado? ¿O tenía una relación tan cercana con Dios que, aunque no lo entendía, quiso obedecer? No lo sabemos, pero lo que vemos es que la acción de la fe viva lo transformó totalmente.

Oremos: “Amado Dios, danos esa fe viva que transforme nuestra vida, que cambie nuestro entorno, que nos mueva al lugar que Tú tienes preparado para nosotros. Danos la certeza de que ir contigo nos salva, nos redime, nos transforma. Que la fe viva de creerte a Ti, el Dios vivo, nos lleve a lugares inimaginables para dar testimonio de Tu poder y Tu fidelidad”.