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Gozo: Un regalo celestial

Imagina que recibes un regalo de tus padres por tu cumpleaños N°18. Tan pequeño que te cabe en la mano. Cuando lo abres, te deja sin palabras. La llave de un auto. Se te llenan los ojos de lágrimas y le das un fuerte abrazo. Pero, ¿por qué te ha gustado tanto la llave? ¿Te gusta el color negro? ¿O el color plata brillante? ¿Siempre has querido una llave?

¡Desde luego que no! Se trata más bien del regalo que viene con la llave. No se trata del objeto pequeño que tienes en la mano. Se trata del auto delante de la puerta. De igual manera, Dios nos ha prometido su Espíritu Santo. Jesús habló de ello hace más de 2000 años:

"Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré“.

Jesús cumplió su palabra. Vino el Consejero. El Espíritu Santo. Y hasta el día de hoy, es la llave que abre el corazón de las personas. Él hace que crezcan en ti rasgos de carácter divinos. Y eso incluye el gozo.

"En cambio, el Fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio“.