Ajuste en La CruzMuestra

Ajuste espiritual

Hay lecciones enseñadas dentro de la Palabra de Dios que se pueden entender fácilmente en medio del ejercicio físico. Pero solo aquellos que participan en el ejercicio podrán notarlas de inmediato.

Cualquiera que haya corrido una larga distancia puede atestiguar esto.

Los corredores a menudo experimentan un período de extrema agotamiento durante su carrera conocido como la "pared del corredor". La pared del corredor es común durante el entrenamiento de larga distancia, pero puede golpearte en cualquier momento. De hecho, ¡muchos han experimentado este sentimiento al inicio de su entrenamiento! Te sientes cansado, tus piernas se sienten como goma y comienzas a tener un diálogo interno contigo mismo. Te dices a ti mismo que te rindas. Te dices a ti mismo que lo dejes y lo intentes de nuevo mañana. Incluso puedes decirte a ti mismo que correr no es para ti.

Pero luego, lo superas.

Cuando superas la pared del corredor y sales al otro lado, ganas un segundo aire. Para aquellos que han experimentado esto, es uno de los sentimientos más extraños que puedes tener. Sientes como si pudieras correr el resto del día. Tus piernas no duelen y esa voz que te dice que te rindas ha sido silenciada mientras las endorfinas fluyen por tu cuerpo.

Sigues adelante.

Al igual que Elías, David, Abraham y muchos otros en la Biblia, cuando golpeamos nuestra propia "pared" de cierta manera, nos enfrentamos a nuestras propias incertidumbres. Estamos rodeados de nuestros propios miedos y ansiedades, pero Dios nos saca de eso. Él mira más allá de nuestros puntos débiles y se enfoca en nuestras fortalezas. Calma las voces en nuestras cabezas que nos dicen que nos rindamos y las reemplaza con sentimientos de confianza. Sentimientos de certeza. Sentimientos de fuerza.

Esto es ajuste en la cruz.

Lo que Jesús hizo en la cruz nos proporcionó a ti y a mí salvación. La salvación significa que no falta nada, nada está roto, sino completo.

Cuando miras la forma física, debes entender que no se detiene en el gimnasio. Este viaje de la vida es desafiante, y requiere que tú y yo, como creyentes, estemos completamente en forma.

Ora esta oración conmigo:

Padre Celestial, nos has llamado a crecer en gracia, a aumentar nuestra comprensión de Jesús y a desarrollar una relación cercana e íntima contigo. Señor, esto es lo que deseo hacer, y oro para que cada día te conozca más y más.

Gracias, Padre, por la Biblia, que está escrita para ayudarme a entender Tu Palabra de verdad, y gracias por el Espíritu Santo que mora en mí, quien ha prometido guiarme en el camino que debo seguir.

Oro para que aprenda a caminar en espíritu y verdad para que madure en mi fe cristiana y me convierta en ajuste en la cruz mientras estudio Tu Palabra y aprendo a vivir piadosamente en Cristo Jesús.

Oro por crecimiento en todas las áreas, espiritual, mental, emocional, relacional, financiera y físicamente.

En el nombre de Jesús oro.

Amén.

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