Floreciendo en La FeMuestra

CARTA 9

Querida hija:

Hoy me dirijo a ti con palabras de amor y consuelo, recordándote que eres mi creación más preciada, hecha a mi imagen y semejanza. En medio de tus momentos de duda y baja autoestima, quiero que sepas que mi amor por ti es incondicional y eterno. No dejes que las opiniones del mundo definan tu valía, porque yo te he diseñado con un propósito único y especial en mente.

En tus momentos de debilidad, te insto a recordar las palabras del Salmo 139:14, donde se proclama: "Te alabo porque soy una creación admirable. ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!". Además, te invito a reflexionar sobre Jeremías 29:11, donde prometo: "Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza".

Siempre recuerda que mi amor incondicional te rodea y que estoy aquí para sostenerte y guiarte en tu camino. Confía en mi poder sanador y en la fortaleza que te proporciono. Siempre estás segura en mis manos amorosas.

Con amor eterno,
Dios