Floreciendo en La FeMuestra

CARTA 8

Querida hija:

En este momento de escribirte, siento la necesidad de expresarte cuánto te amo y cuán importante eres para mí. Así como se menciona en el libro de Jeremías, capítulo 31, versículo 3, te he amado con amor eterno y con bondad te he atraído hacia mí. Mi deseo es que sientas mi presencia en cada paso que des y que encuentres consuelo en mis palabras y promesas.

En medio de las adversidades y los desafíos de la vida, recuerda que en el libro de Isaías, capítulo 41, versículo 10, te animo a no temer, porque estoy contigo; no desmayes, porque soy tu Dios. Te fortaleceré, y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. Confía en mi amor y en mi poder para superar cualquier obstáculo que se interponga en tu camino.

Que la luz de mi amor ilumine tu sendero y que encuentres en mis palabras la fuerza y la paz que necesitas. Siempre estaré a tu lado, velando por ti y guiándote con amor y misericordia.

Con amor y bendiciones infinitas,
Dios