No Dejes De AmarMuestra

¿Amar a mi enemigo?

El tema del amor es muy extenso e importante para Dios, por el hecho de que “Dios es amor”. Por esa razón, Dios no solo manda que le amemos a Él mismo, también nos pide amar al cónyuge, a la familia, al prójimo y a los enemigos… Sí, a los enemigos, quizá en este preciso momento te estarás preguntando, ¿cómo podemos amar a los enemigos? ¡Si son los que nos han hecho tanto daño, si por ellos has vivido cosas difíciles y quizá muchas de ellas aún no las has superado! Pues bien, hoy vamos a entender este tema a la luz de la Biblia, ¿por qué es importante amar a los enemigos? Y, ¿qué beneficios tengo al hacerlo?

Mateo 5:38-48

Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Esta Escritura habla por sí sola, el Señor Jesús ordenó amar a nuestros enemigos, el hombre que fue crucificado, azotado, aborrecido por su propio pueblo, el hombre que hizo muchos milagros y que ahora sufriría la muerte por amor a la humanidad. Él, nuestro máximo ejemplo de amor a los enemigo. Jesús fue un hombre como tú y como yo, sufriendo los agravios más duros que un hombre puede resistir, te amó y me amó, aún sabiendo que muchas veces le fallaríamos, y aún estando al borde de la muerte, con las manos y pies clavados sobre la cruz el Señor exclamó: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”… ¿Que si podemos amar a los enemigos? El Señor Jesús externo su perdón a sus agresores cumpliendo así las palabras que les había dicho un tiempo antes a sus discípulos. JESÚS estaba cumpliendo y sobre todo imitando al Padre. Si recuerdas la lectura anterior dice que Dios hace salir el sol sobre buenos y sobre malos, que manda la lluvia sobre Justos e injustos, es decir, Dios en su inmensa misericordia les da bien aún a aquellos que hacen mal, a todos sus enemigos.

¿Cómo muestro amor a mis enemigos? De tres maneras que nos indicó Jesús hacerlo:

1. Bendecir (hablar palabras de bien) cambia todas esas maldiciones y malos deseos al que te ha dañado por bendiciones a su vida.

2. Hacer bien, nos lleva a tener acciones buenas si está en nuestras manos ayudarles en alguna necesidad, hacerlo. Y por último,

3. Orar por ellos. No le pidas a Dios que les vaya mal, pídele a Dios que se conviertan, que sean salvos, que dejen de hacer lo malo, que Dios los perdone como lo hizo Cristo por sus enemigos.

Al hacer esto estarás amando y cumpliendo así un mandamiento de Dios.

En el libro de Lucas 6:32-36 nos explica por qué debemos amar a nuestros enemigos, lee atentamente:

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. 36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

Mérito: Derecho a recibir reconocimiento por algo que uno ha hecho. Acción o conducta que hace a una persona digna de premio o alabanza.

Galardón: Premio, recompensa u homenaje, que se concede a alguien por sus méritos o por haber prestado determinados servicios.

La Escritura nos dice que; al amar a los enemigos hacemos méritos, es decir, hacemos algo digno de ser reconocido, no cualquiera lo hará, pero quienes lo hacen son dignos de ser premiados.

Esos méritos son sumados y recompensados con un galardón grande dice la Escritura, además, somos reconocidos como hijos del Dios Altísimo. ¡El Señor nos llama a la misericordia, desarrollando así el amor hacia los enemigos y a imitar las acciones buenas del Padre Celestial!

¡Un verdadero hijo de Dios debe amar a sus enemigos!