Santos, puros, peligrososMuestra

BABILONIA

Daniel se encontraba cautivo en Babilonia, un imperio pagano e idólatra, donde prestaba servicios al rey y era entrenado para tal fin. Daniel estaba obligado a alimentarse con la comida y bebida que el rey le asignaba. Algunos podrían pensar “¡Wow, comida de rey!”, pero el problema no radicaba en la calidad de la comida, sino en que había sido ofrecida anteriormente a los ídolos. Si Daniel comía y bebía lo que se le imponía, se estaría contaminando y ofendiendo a Dios. Esta historia no solo habla de la devoción y fidelidad de Daniel hacia Dios, sino que además deja en claro su valentía, determinación y carácter en un contexto absolutamente adverso.

Hoy, todos nosotros también vivimos en Babilonia, en un sistema que nos invita constantemente a contaminarnos y que se manifiesta prácticamente en todos los ámbitos de la interacción social: música, redes, literatura, cine, series, educación, política, arte. En definitiva, en la cultura. Babilonia está en todas partes y busca corromperte, contaminarte, pudrirte y alejarte de Dios.

Babilonia te dice que “si lo deseas, está bien” y “si lo deseas, debes hacerlo”.

Vivimos en Babilonia, pero ese no es el problema, sino permitir que Babilonia viva dentro de nosotros. Quiero desafiarte a que te conviertas en alguien que decida no contaminarse con lo que ofrece Babilonia, que no cedas ante la presión de tus compañeros de estudio y/o trabajo. No permitas que te infecten con la cultura babilónica. Elimina de tu mente el “Si todos lo hacen, ¿por qué yo no?”. Estás llamado a vivir en Babilonia pero sin ser un babilonio. Estás destinado a vivir en pureza sexual en un mundo que ha hecho del desenfreno sexual su bandera.

Quiero animarte a ser santo, puro y peligroso para el inferno, letal para el sistema babilónico. Tienes que saber que Babilonia intentará convencerte, seducirte y transformarte. Sus argumentos serán, en muchos casos, muy convincentes y en muchas ocasiones, te encontrarás luchando contra la corriente. ¡Serás como Daniel! Es más, debo decirte que también experimentarás el deseo de entregarte a su propuesta. Porque la comida y la bebida del rey son sabrosas, y además tienes hambre. La necesidad de intimidad sexual es normal e inherente a nuestra condición humana. Aun así, debes proponerte en tu corazón no contaminarte con la comida y la bebida del rey. Debes vivir en Babilonia sin ser babilonio, sin que ella viva en ti. Debes ser santo, puro y peligroso.