Medita: Mastica La Palabra Y Considera Su SignificadoMuestra

“Meditación de la Palabra como una actividad real”

Los primeros cuatro pasos para meditar la Palabra de Dios, nos prepara para este quinto paso: orar el versículo. Es en este paso donde podemos relacionar la Palabra memorizada, parafraseada, pulverizada y personalizada, con la oración y apropiarnos de manera adecuada su contenido.

Quinto paso: orar el versículo. Ora el versículo sobre ti mismo y otros, ayuda a unir la verdad de la Palabra memorizada a necesidades específicas en tu vida y en la de otros. Pide dirección a Dios para usar el versículo en tu vida, cada vez que lo repases, como una oración de recordación, y para orar por las necesidades de otros también. 

El primer año de mi jornada de memorización, asocié cada versículo a una persona específica. Por ejemplo, Efesios 6:11 se convirtió en el versículo de mi esposo, oré por él diariamente mientras lo repasaba. 

Oré diariamente el Salmo 20:4, por una joven soltera, a quien mentoreaba. Todavía tengo como hábito orar versículos, los reviso mientras uso la caminadora. Orar los versículos de memoria cimientas sus referencias y significado en nuestra mente, mientras nos empodera e incrementa nuestra vida de oración.

Podrías repetir el proceso de meditación por pocos días o aún una semana entera en la cual memorizas el versículo. Yo he usado este proceso mientras espero en el consultorio médico o manejo el auto, mientras hago mis ejercicios, o en mi tiempo de devocional cuando tengo un tiempo intencional para dedicarme a obtener lo mejor de cada porción bíblica. 

El proceso de meditación, cortesía de Waylon B. Moore, en resumen.

Referencia escritural

Primer paso: Entiende el perímetro del versículo

Segundo paso: Parafrasea el versículo

Tercer paso: Pulveriza el versículo

Enfatiza una palabra diferente en lecturas separadas. Elije una palabra clave en el mensaje del versículo para ti.

Realiza las preguntas sobre la palabra y respóndelas: ¿quién?, ¿qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿cómo?

Cuarto paso: Personaliza el versículo, aplica el versículo. Une la promesa al problema.

Quinto paso: Ora el versículo en tu vida. Pide a Dios hacer el versículo realidad en tu vida hoy.