Éxodo: Camino a La LibertadMuestra

El engaño de la idolatría

Uno de los peligros más grandes con la idolatría, es que muchas veces no somos conscientes de que hemos caído en ella, llegando incluso a pensar, que lo que estamos haciendo, honra a nuestro Señor.

—Mañana haremos fiesta en honor del Señor (Éxodo 32:5).

La idolatría que manifestó Israel en esta oportunidad, surge de su incapacidad para comprender la importancia de lo que estaba ocurriendo en el Sinaí, pensaron que 40 días de ausencia de Moisés significaba un abandono de su parte, su impaciencia los llevó a querer resolver en sus manos lo que ellos consideraron un problema real. Lo grave de su reacción, es que, según ellos no estaban haciendo nada que ofendiera a Dios.

Aunque históricamente la idolatría se ha relacionado con la veneración de imágenes, la idolatría es mucho más que eso, y son muchas la formas en las que un hijo de Dios podría caer en ella.

El diccionario define idolatría como: amor y admiración excesiva hacia algo o alguien, al punto de rendirle adoración.

“Un ídolo es cualquier cosa más importante para ti que Dios, cualquier cosa que absorba tu corazón, tu tiempo, tus recursos, tu imaginación, tus talentos más que Dios, es un ídolo” (Tim Keller).

A veces somos muy rápidos para señalar la supuesta “idolatría” de otras personas, sin darnos cuenta de que, quizá el trabajo, el deporte, alguna persona, el cuerpo o el ministerio mismo, han llegado a sentarse en el trono de nuestro corazón.

Debemos ser muy cautelosos, de en que o en quien estamos poniendo nuestras esperanzas. Aunque efectivamente, Moisés era el líder y representante de Israel ante Dios, da la impresión de que el pueblo se desesperó ante su ausencia. La forma en la que nosotros respondemos a los tiempos de Dios, es un buen reflejo de nuestra madurez espiritual, de nuestra madurez de carácter, y sobre todo de nuestra confianza de Dios.

Que Dios nos ayude para no caer en la tentación de querer sustituirle con las cosas que él mismo nos ha dado.

¿Puedo identificar algo que está absorbiendo mi vida al punto de no poder dedicarle algo de tiempo a Dios?

Oremos:

Señor, hoy queremos reconocer que la impaciencia a veces nos impulsa a entregarle nuestro corazón a muchas cosas que, según nosotros, pueden ocupar tu lugar en nuestra vida. Ayúdanos a volvernos a ti, y a confiar en que, la obra que estás haciendo, es lo mejor para nosotros, aunque a veces no entendamos.