Haz de la paz una prioridad

Es crucial examinarte primeramente a ti misma.

Tu Reto

• No digas nada negativo acerca de tu esposo a él mismo o a ninguna otra persona.
• Dile a tu esposo algo que admires o aprecies de él y díselo a alguien más, aparte de él.

«...Busca la paz y síguela» (Salmo 34:14).

La paz es algo que podemos dar por sentado cuando está presente, pero la echamos mucho de menos cuando hace falta. Romanos 12:18 dice: «Si es posible, en cuanto de ustedes dependa, estén en paz con todos los hombres». Esa cláusula intermedia es un reconocimiento de que a veces falta paz a pesar de nuestros mejores esfuerzos, pero también nos reta a hacer todo lo posible para alcanzar la paz.

Tu matrimonio puede ser caracterizado por la paz, o por los argumentos, las peleas, y las discusiones. De cualquier manera, es crucial examinarte a ti misma para ver si estás haciendo de la paz una prioridad. Una vez hayas determinado que tu corazón busca la paz genuinamente, puedes empezar a animar a tu esposo.

Quizás ya sea un gran pacificador. Agradécele por esto y dile lo valioso que es su corazón para la paz en su matrimonio. ¿Maneja tu esposo el conflicto en otras relaciones con gracia y humildad? Aliéntalo en eso mencionando casos específicos en los que buscó la paz. Si de lo contrario él es más propenso a la confrontación enojada, pídele al Señor sabiduría para alentarlo a hacer de la paz una prioridad. Tu ejemplo de buscar la paz y negarte a luchar, será su propio estímulo sin que tengas que decir una palabra.

Oración

Jesús, eres el Príncipe de la paz y anhelo que la paz florezca en mi corazón, en mi matrimonio y en mi hogar. Protege mi lengua y mi mente de palabras y actitudes divisorias o que causan enojos. Ayúdanos a mi esposo y a mí a buscar la paz para que Tú seas magnificado en nuestro matrimonio.

Un testimonio de alabanza

«No puedo explicar cómo sucedió esto, pero me comprometí a hablar buenas y lindas palabras con mi esposo durante treinta días. Experimenté un gran cambio en la primera semana, desde decirme lo hermosa que me veo, hasta llevar flores después de su día de trabajo. Es como cuando estábamos saliendo hace ocho años».

Reflexiona y responde

1. Piensa en tus propias palabras, tonos y actitudes. ¿Estás creando un ambiente de paz en tu hogar?
2. «La suave respuesta aparta el furor, pero la palabra hiriente hace subir la ira» (Prov. 15:1). Considera memorizar este versículo y pídele al Señor que ablande tu lengua en medio del conflicto.

Profundiza

Escuché de una pareja que enumeró diez cosas irritantes que su cónyuge probablemente haría, como dejar la ropa en el piso o llegar tarde. Luego prometieron nunca discutir o quejarse de nada en esas listas. Imagina cómo este ejercicio podría afectar tu matrimonio. Considera hacer una lista tú misma y comprométete a priorizar la paz en cada situación.