Apartadas - Viviendo Una Vida Que Glorifique a DiosMuestra

Espiritualmente Consagradas

Meditando en la Palabra de Dios

Lee: Salmos 1:1–6

EOAO: Salmos 1:1–3

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni recorre el camino de los pecadores, ni se sienta a conversar con blasfemos, sino que en la ley del Señor está su delicia
y en su ley medita de día y de noche. Es como un árbol plantado junto al arroyo, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prospera.

En el Texto

Ser una mujer que vive apartada significa que nuestras elecciones y nuestra vida serán diferentes a las del mundo, y eso está bien. Me encanta cómo la Palabra de Dios habla directamente a nuestros corazones, dándonos la esperanza, el aliento y la sabiduría que necesitamos para vivir una vida apartada para Él. En el Salmo 1:1, el salmista pinta un cuadro de una vida bendecida, apartada para Dios, comenzando con estas poderosas palabras: ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores". Qué fuerte recordatorio para nosotras como mujeres que nos esforzamos por caminar en los caminos del Señor, para escoger amigos e influencias que nos ayuden a crecer en nuestra fe en lugar de llevarnos por mal camino.

Sin embargo, creo que la clave para vivir una vida apartada de Dios no está en lo que evitamos, sino en lo que buscamos. El versículo 2 dice: "Sino que en la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche!". Querida amiga, cuando nos sumergimos en la Palabra de Dios, encontramos tanto deleite como dirección para nuestras vidas. La Palabra de Dios se convierte en nuestra brújula, guiando nuestros pensamientos, acciones y elecciones.

Al meditar en Su Palabra, recordamos quién es Dios, cuánto nos ama y los hermosos planes que tiene para nuestras vidas. ¿El resultado final? Una vida que florece: "Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo y su hoja no se marchita; En todo lo que hace, prospera." (Salmo 1:3).

¡Qué promesa tan asombrosa! Al igual que un árbol plantado junto a un arroyo se nutre y crece fuerte, así nos sucederá a nosotras cuando bebamos profundamente del pozo de la Palabra de Dios. Nuestras vidas darán fruto y nuestra fe se mantendrá firme.

Oración

Querido Jesús, ayúdanos a meditar continuamente en Tu Palabra y a apartarnos para Ti, para que podamos florecer como un árbol junto a corrientes de agua, dando fruto en cada estación de la vida. Amén.