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PRIVILEGIO

Orar no es una “cosa” que tachar de la lista, es mi PRIVILEGIO.

Imagina que le puedes llamar ABBA PADRE, ¿acaso no es un privilegio? Gracia verdadera, por qué entonces parecería que orar es algo que “debemos de hacer”.

Tal vez orar no esté escrito literalmente en tu lista de quehaceres diarios, es más bien una condición del corazón, oramos porque eso debemos hacer u oramos porque es nuestro privilegio, nuestra manera de enriquecer nuestra intimidad con Dios, nuestro deleite, el mejor momento del día. Que lo cotidiano no nos robe de que nuestro corazón arda por un momento a solas con Dios solo para respirar Su Presencia, hablar con Él y dejar que nos hable.

Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras? (Lucas 24:32).

Cuando hablamos de privilegio podríamos pensar que es como en este mundo “algo reservado para unos cuantos” pero no, es más bien, gracia y está disponible para ti, hoy, sin reservas, sin distancia.

¡Hoy!