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El voto de oración

Jason y Kristy son dos mejores amigos que llevan casados 10 años. Suelen ir de viaje con su perro y sus cuatro hijos, aventurándose al agua, las montañas y la familia. 

Kristy:

"Espíritu Santo, te invitamos a este matrimonio. Te necesitamos aquí. Te invitamos a nuestro boda, a nuestra luna de miel y a nuestra vida entera". Todo estaba planeado para el día de nuestra boda. Entonces mi esposo hizo algo inesperado. Susurró esta improvisada oración en el altar. No sabía como ella se movería a través del tiempo y las situaciones para traer libertad y bendición jamás pensadas. En momentos así, cuando descubres el poder de la oración, te sientes inspirado a elevar humildemente tus prioridades y agradecer a Dios. 

Cuanto más ores, más cuenta te darás de que Dios no siempre mueve tu vida en la dirección exacta de tus oraciones. Sin embargo, cuanto más ores, más seguro estarás de que Él está trabajando para tu bien mientras se mueve dentro y a través de tu vida. Decidir orar, tanto juntos como separados, no hará que tu matrimonio sea fácil ni perfecto, pero lo completará. Casi diez años después, nuestra oración suena así: "Dios, ¿cuál es tu misión para nuestro matrimonio?". 

Jason:

Como mencionó Kristy, me comprometí a hacer de la oración parte importante de nuestro matrimonio desde el principio. Pero la mayoría de las veces, están llenas de información para Dios: "Dios, Kristy me está haciendo pasar un mal rato" o "Hoy, estoy un poco gruñón". "¿Puedes ayudarme?". O tal vez, "El asma de los niños está empeorando, la casa necesita arreglo, nuestra camioneta necesita un mecánico, y el dinero es escaso en este momento". "¿Lo sabías?". No me malinterpretes, también le agradezco por las cosas, pero incluso mi acción de gracias está llena de información. "Dios, esta cosa, ese proyecto y esta relación están funcionando, gracias por eso". ¿Sabes de lo que me he dado cuenta recientemente? La oración no tiene tanto que ver con hacer que Dios sea más consciente de tu vida, sino con hacer que tu vida sea más consciente de Él. Entonces, ahora oro para que mi matrimonio, mi familia, mi trabajo e incluso mis cosas sean más conscientes de Él. Todavía le cuento a Dios cómo va la vida porque somos cercanos y me gusta compartirlo con Él. Pero ahora, cuando oro, también dejo que Su verdad, Su presencia y Su amor hablen a mi vida acerca de quién es Él. ¿Cómo? Escuchando. La próxima vez que ores, dedica tanto tiempo a escuchar como a hablar. Dedica tantas palabras a honrarlo como a informarlo. 

Ora: Si estás casado, ora con tu cónyuge hoy en voz alta y decidan cuándo lo harán nuevamente. Si no lo estás, ahora es el momento perfecto para hacer de la oración una parte regular de tu vida. 

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