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El voto de preparación

En los siguientes seis días, escucharás a seis parejas que han hecho los votos matrimoniales, pero no solo los votos matrimoniales estándares. Estos votos de preparación, prioridad, búsqueda, asociación, pureza y oración, son los que hacen que los matrimonios funcionen mucho más allá de la boda. 

Tyler yBeth no estaban preparados para conocerse a través de mensajes de texto, pero sí para casarse. Cuando finalmente se encontraron cara a cara, ¡el resto fue historia! 

Beth:

Cuando dos corazones se unen es algo hermoso, pero no todo es bello. Una relación sana requiere honestidad, incluso sobre tu pasado. Mi historial tenía heridas emocionales de un matrimonio previo. Mi confianza estaba arruinada y mis temores inflados como bolsas de aire. Sin embargo, en Isaías 43:19, Dios le dijo a Su pueblo que olvidaran las cosas del pasado y reconocieran que Él está haciendo algo nuevo. Sentí que Él también tenía algo nuevo reservado para mí. Así que, decidí prepararme. 

Oré. Leí la palabra de Dios. Escuché a amigos sabios. Vi a un consejero. Estudié libros sobre la sanidad. Y esperé paciente en el tiempo de Dios.

A través de todo esto, Dios usó mis experiencias negativas y mi sanación para reformarme. Cuando mi corazón conoció a el de Tyler, simplemente encajamos. Amo cuando Dios hace eso. Ahora, cuando los viejos temores quieren regresar, tengo la confianza para hablar y la fuerza para luchar contra ellos. 

Tyler:

He estado orando por mi futura esposa desde que era un adolescente. A lo largo de los años, sentí que Dios me dio palabras específicas en las que centrarme: "intencionalidad", "paciencia" y "consistencia".

Cuando conocí a Beth, enseguida supe que ella era por quien había estado orando. Siempre fue honesta sobre cómo se sentía y con qué luchaba, eso me ayudó a ser honesto con ella sobre mis propios dolores del pasado. Siempre nos recordábamos la verdad del Salmo 147:3 de que Dios sana al quebrantado. Mientras salíamos, vivíamos las tres palabras que Dios me dio. Nos amábamos con intencionalidad, paciencia y consistencia.

Es increíble contar cómo Dios nos preparó no solo para el matrimonio, sino el uno para el otro. Y sí, tengo la mujer por la que oré pero sigo orando porque la preparación no termina en el altar. Oro a Dios para que nos siga preparando y rehaciendo para cada cosa nueva que haga. 

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