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El voto de la búsqueda

Ryan y Ashia fueron novios desde la secundaria. Luego de tres años, se casaron 5 meses antes de escribir el devocional de hoy sobre la búsqueda mutua.

Ryan:

Primero tuve que aprender que en el matrimonio la búsqueda no termina en el altar. Siempre me dije a mí mismo que no sería un adicto al trabajo que no pasa tiempo con su familia. No me di cuenta cuán fácil era caer en esa trampa. A semanas de iniciar el matrimonio, tuve que aprender a no siempre traer a casa mis frustraciones del trabajo, pendientes o mi computadora. Comencé a orar al volver a casa pidiendo ayuda a Dios para bajar el ritmo e intencionalmente cambiar mi mente y corazón para enfocarlos en mi esposa. Esposa confundida y trabajo no funcionan juntos. Es más fácil decirse a uno mismo: “Mi esposa siempre estará aquí. Debo dedicar más tiempo al trabajo para disfrutarla a ella luego”. Pero lo que valoras y buscas es donde terminarás. Jesús enseñó en Mateo 6:21 que donde esté nuestro tesoro es donde está nuestro corazón. El voto de la búsqueda se trata de saber dónde está tu tesoro y nunca darte por vencido al buscarlo. 

Ashia:

Para Ryan y para mí, el matrimonio trajo consigo una responsabilidad conjunta de mantener nuestros corazones en una búsqueda constante de Dios. Nos desafiamos mutuamente a hacer crecer el amor y pasión por Dios y Su Palabra. Como resultado, mi deseo por buscar a Ryan aumenta. Al mismo tiempo, veo que su corazón está abierto al cuidado y la pasión por mí. Este voto de buscar a Dios y luego el uno al otro, ha hecho que el noviazgo sea mejor y el matrimonio más fuerte.

Suena perfecto, ¿cierto? Pues solo nos tomó pocos meses de casados para darnos cuenta que no alcanzamos este ideal. Me descubro tratando de perseguir a Ryan y buscando satisfacer sus necesidades yo misma. Luego, voy en sentido opuesto, tratando de cuidarme solo a mí. Este ir y venir puede ser doloroso y sin fin, hasta que recuerdo nuestro desafío de buscar a Dios primero. Verás, al buscar a Dios, Él crea un deseo en mí de servir y buscar a Ryan. Y cuando confío en Dios y en Ryan, mis necesidades son satisfechas. Es una búsqueda lado a lado. Parafraseando al apóstol Pablo en Filipenses 1:27, Ryan y yo estamos firmes en un solo Espíritu y mente luchando lado a lado por la fe del Evangelio. ¿Por qué esta búsqueda funciona tan bien? Porque Dios nos buscó primero. 

Planea algo: Si están casados, planea una cita, almuerzo, o conversación para reavivar la búsqueda. Si no están casados, escriban lo que quieren buscar de Dios, y del uno del otro, en el matrimonio.