Verdaderamente LibresMuestra

Conocer y vivir en la verdad nos hace libres

Cuando uno sabe que camina por un camino que es el verdadero, camina por él con tranquilidad y en libertad, pero cuando comenzamos a dudar si estamos en lo cierto, surgen los miedos, desconfianzas y terminamos presos de nuestras emociones. Conocer la verdad nos hace libres y nos brinda seguridad a nosotros y a los que nos rodean. Vivir en la mentira esclaviza y termina arruinando nuestro ser y también a quienes nos rodean. No hay nada más precioso que caminar y vivir en la verdad. Debemos comenzar por hablar la verdad. Nuestro decir habla de nosotros, construimos nuestra realidad con nuestro decir y hablando la verdad generamos confianza en nosotros y en otros. Dios es un Dios que habla palabra de verdad, por eso confiamos en sus promesas. Por otro lado, debemos vivir en la verdad. Nuestra vida debe estar basada en verdades fundamentales, cuando pensamos en los caminos que vamos a tomar en la vida deben estar basados en la verdad, sin pensamientos oscuros o planes que contengan mentiras.

Vivir en la verdad es vivir de acuerdo con lo que la palabra de Dios nos enseña. No es gratis vivir en la mentira, o mentir porque sí, esto tiene sus consecuencias. Vivir en la mentira nos roba el futuro, perdemos la bendición de Dios, nos termina esclavizando y somos rehenes de ella por siempre. La mentira esclaviza. Por tal motivo, debemos abrazarnos a la verdad, desechar todo lo que no proviene de Dios, renunciando a la mentira y buscando la respuesta verdadera en la palabra de Dios.

Cuando vivimos en la verdad generamos confianza, tenemos vidas íntegras que nos hace vivir seguros y libres. La verdad está en la palabra de Dios, porque Él no es un Dios que miente. Todo aquello que no proviene de la verdad es mentira y el padre de la mentira es el mismo diablo. Si vivimos en la mentira y lejos de lo que enseña la palabra de Dios, nos transformamos en esclavos de la mentira porque somos esclavos del diablo. Si vivimos en la verdad, tendremos vidas firmes, seguras, consistentes y libres. Rechacemos el espíritu de mentira que quiere gobernar nuestra vida y abracemos la verdad de Cristo.