Fútbol Americano Professional y La BibliaMuestra

"Vince Lombardi Graba Versículo Bíblico parafraseado en el Anillo del Campeonato” 

Super Bowl II (14 de enero, 1968): Empacadores de Green Bay 33, Raiders de Oakland 14

“Ganar no lo es todo. Es lo único.”

El legendario entrenador de los Empacadores de Green Bay, Vince Lombardi, no fue la primera persona en pronunciar ésta cita icónica (muchos historiadores acreditan el dicho al entrenador de fútbol americano de la UCLA, Red Sanders), pero es el responsable de hacerlo parte permanente del léxico en los deportes norteamericanos. 

Eso es porque Lombardi fue un gran ganador y uno de los más famosos entrenadores en la historia de la NFL. Después de 15 temporadas de mediocridad, Green Bay contrató al nativo de Brooklyn para hacer  regresar la histórica franquicia de nuevo a su racha ganadora. Durante las siguientes nueve temporadas, Lombardi excedió todas las expectativas al llevar a los Empacadores a un record de 89 partidos ganados contra-29 perdidos y cinco Campeonatos de la NFL (incluyendo los Super Bowls I y II). 

Hoy su legado vive a través del Trofeo Vince Lombardi, que es dado al campeón de la NFL después del campeonato anual del AFC-NFC. 

Pero así como era comprometido a la excelencia como entrenador, Lombardi era aun más apasionado en la devoción a su fe y su familia. Conocido por sus fuertes creencias Católicas, el amado líder nunca faltó a misa en Domingo y originalmente estudió para hacerse sacerdote. 

Después de que Green Bay ganara el Super Bowl II, Lombardi hizo grabar las palabras “Corre  para Ganar” en su anillo de campeonato. Fue una referencia parafraseada de un versículo Bíblico que ha sido popularizado dentro del contexto de la competencia atlética. 

“¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio? Corran de tal modo que lo obtengan.” (1 Corintios 9:24)

Aun cuando las palabras del apóstol Pablo se han usado para justificar un espíritu competitivo sin restricciones, parece que Lombardi entendió que en realidad el corazón detrás del esfuerzo del atleta importa más que todo. 

“Cuando dependemos de Dios, somos libres, y no tenemos ataduras que nos preocupen,” dijo él una vez.  “de hecho, podemos incluso ser temerarios en cuanto a nuestra parte de la producción se refiere. Esta confianza, esta certeza de acción, es tanto contagiosa como una ayuda para perfeccionar la acción. El resto está en las manos de Dios – y este es el mismo Dios, caballeros, quien ha ganado todas sus batallas hasta ahora.”