Seguir a Jesús a diario

Jesús insta a ser sus discípulos con tres órdenes: "Que se niegue, tome su cruz y me siga". Estas palabras nos recuerdan que el discipulado no es una elección pasiva, sino un compromiso activo de seguir a Jesús en todas las áreas de la vida.

Seguirlo implica negarnos a nosotros mismos, renunciar a nuestros propios deseos y ambiciones, y tomar la cruz. La cruz no es solo un símbolo de sufrimiento, sino también de sacrificio y entrega. Como discípulos, debemos estar dispuestos a enfrentar dificultades y desafíos en el nombre de Cristo.

Seguir a Jesús no es un camino de conveniencia, sino un camino de obediencia. Requiere que estemos comprometidos a vivir de acuerdo con sus enseñanzas y a reflejar su amor y gracia en todo lo que hacemos. Significa amar a nuestro prójimo, perdonar a aquellos que nos ofenden y buscar la justicia y la verdad en todas las situaciones.

Reflexión del día

¿Estamos dispuestos a negarnos a nosotros mismos y tomar la cruz diariamente? ¿Estamos obedeciendo sus mandamientos y viviendo de acuerdo con su ejemplo?

El llamado de Cristo es una vida de propósito y significado. Un camino que puede ser desafiante, pero también profundamente gratificante. En nuestras luchas y victorias, en nuestros momentos de alegría y tristeza, recordemos que estamos siguiendo al Salvador que nos guía y nos da fuerzas. Que nuestra vida sea un testimonio vivo de nuestro compromiso de seguir a Cristo en todo momento y en todas las circunstancias.