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El Mesías PrometidoMuestra

El Mesías Prometido

DÍA 3 DE 20

La Llegada del Rey

El Hijo de David

Lectura: 2 Samuel 7:8-13; Salmo 110:1; Mateo 1:1-17; 22:41-45

EOAO: Mateo 22:42

—¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: —De David.

En el texto

David es considerado el rey más grande de Israel. Es llamado un hombre conforme al corazón de Dios. Dios claramente amaba a David, aunque David a menudo caía en patrones pecaminosos en su vida. El corazón de David estaba completamente comprometido con Dios, y seguía y adoraba a Dios, arrepintiéndose de su pecado cuando cometía errores.

Dios prometió a David que uno de sus descendientes se sentaría para siempre en el trono de Israel. Esta promesa no tenía nada que ver con David ni con nada que él hubiera hecho; todo se debía a la fidelidad y bondad de Dios para con él. Aunque los descendientes de David cometieron errores y se apartaron de Dios, Dios cumplió Su promesa a David y preservó su línea familiar. En la época en que nació Jesús, no había ningún descendiente de David gobernando sobre Israel, pero el plan de Dios era establecer un nuevo reino a través de Jesús.

Los judíos guardaban cuidadosos registros genealógicos, registros que demostraban que Jesús era descendiente directo del rey David. Jesús no vino a establecer el mismo tipo de reino que David había gobernado, sino uno que sería eterno. Este reino celestial era diferente porque su Rey no se sentaba en un trono terrenal.

David creyó en la promesa de Dios de enviar un Mesías. No está claro si él comprendió o no que el Mesías sería uno de sus descendientes directos. Pero lo que David sí creía era que ese Mesías sería el Señor y que un día él se postraría y le adoraría.

Dios hizo promesas increíbles sobre el Mesías. Dios fue capaz de cumplir estas promesas, incluso las promesas que dependían de las elecciones de la gente común. Dios protegió y preservó la línea familiar de David para que el Mesías fuera de sangre real. Aunque muchísima gente estuvo involucrada en el cumplimiento de la promesa, nada podía frustrar el plan de Dios. Él es fiel, no importa cuánto tiempo se tome. Él cumplió Su promesa a David de que uno de sus descendientes se sentaría para siempre en el trono, y cumplió Su promesa a todo Su pueblo de enviar a un Mesías que nos salvaría de nuestro pecado.

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

El Mesías Prometido

Dios nunca hace una promesa que no vaya a cumplir. Su última promesa, la de enviarnos un Salvador, es el cumplimiento supremo de todas Sus promesas. A pesar de vivir en un mundo de promesas rotas, tenemos a un Dios que cumple. Cuando Él hace una promesa, ya tiene un plan para cumplirla.

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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://spanish.lovegodgreatly.com/