Él Nos Entiende: Prioridades Al Revés | Plan 7Muestra
Él renunció a la seguridad financiera
«Porque donde esté su tesoro, allí estará también su corazón» (Lucas 12:34).
«Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro o querrá mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas» (Mateo 6:24).
«Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, quien era rico y por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos» (2 Corintios 8:9).
¿Cuánto dinero te hará feliz? El primer billonario de los Estados Unidos dijo: «Solo un poco más». Solo un poco más y puedes comprar ese algo que crees que es el secreto de la satisfacción. Y por un momento breve, podría serlo.
Pero esa satisfacción no durará a largo plazo. Pregúntale a quienquiera que haya enfocado su mente y sus motivaciones en cosas materiales: una casa grande, un auto bonito, un trabajo exitoso, unas vacaciones soñadas. Pero una vez que lo consiguen, siguen deseando algo más.
Las cosas no eran muy diferentes en la época de Jesús. Incluso entonces, el dinero prometía libertad, estatus, seguridad y popularidad. El dinero era un imán tan grande como lo es hoy.
Pero Jesús le dio la vuelta a ese concepto financiero. Él sabía que la gente invierte en lo que ama.
Lo entendemos. Muchos de nosotros sacrificamos nuestro tiempo, nuestro dinero, incluso nuestros sueños, si eso ayuda a las personas que amamos. Jesús amaba a las personas, a cada una de ellas, así que renunció a lo que le hubiera beneficiado a sí mismo. De hecho, renunció a los símbolos de estatus para mostrarnos cómo pensar sobre nuestras posesiones.
En esencia, dijo: «Invierte tu corazón en las cosas que Dios bendice y no te preocupes por todas las otras cosas. Vive para Dios. Vive para los demás. Vive por lo que es correcto. No te vas a perder de nada».
Las prioridades de Jesús cambiaron radicalmente su vida. Cuando murió, no dejó herencia y fue enterrado en una tumba donada. No dejó cartera financiera. Estas cosas estaban a su alcance, pero no en sus prioridades. Renunció a todas.
Y sin embargo…
Jesús tenía tanta riqueza que la gente sigue hablando de ello. Seguro que tenía una forma loca de ver la vida al revés, pero ¿quién puede negar que, al final, Jesús sabía qué lado era el de arriba y qué lado el de abajo?
La movida financiera más inteligente que puedes hacer en este momento no tiene nada que ver con el dinero y todo que ver con tus prioridades. Dale una mirada distinta a lo que realmente es importante.
Considera esto: ¿Qué es lo que más satisfacción traería a mi corazón? ¿Dónde está mi tesoro? No necesitas: «solo un poco más». La vida de Jesús nos muestra un camino mejor.
Acerca de este Plan
¿Qué era tan importante para Jesús que voluntariamente renunció a una vida cómoda? ¿Un sentido de orgullo o importancia? ¿O una merecida revancha? Él no quería estas cosas como pudiéramos esperar. Pero cuanto más rechazaba el camino normal hacia el éxito, más crecía su impacto. Jesús no quería ninguna de estas cosas —en vez Él buscaba una forma diferente de vivir. Mejor que cualquier cosa que pudiéramos imaginar—.
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