LOS BUENOS PLANES

¡Qué bueno es hacer planes! Todos los tenemos, y son necesarios. Ahora, el secreto de un buen plan, es que realmente Dios lo avale y esté presente a cada momento. Esos planes sí funcionan y llegan a buen destino. Podemos hacer nuestros propios planes, pero la respuesta correcta viene del Señor, y solo Él puede hacerlos realidad.

Cuando todo se comienza en Él, funciona perfectamente, pues “lo que es del Espíritu, Espíritu es”, más lo que no es de Dios, no permanece.

Nuestra actitud de dependencia divina nos debe llevar a entregarle cada una de nuestras acciones, decisiones y proyectos para tener la certeza de su aval, su presencia y su respaldo. Dios tiene planes que funcionan para cada uno de nosotros. Aprendamos a descubrirlos, desarrollarlos y ¡disfrutarlos!

Para la reflexión

¿A la hora de tomar decisiones soy impulsivo o tomo un buen tiempo de reflexión para identificar la voluntad de Dios al respecto?

¿Trato de manipular la bendición de Dios, reclamando su respaldo sobre lo ya decidido, sobre los asuntos que ya he resuelto sin su aprobación?

Afirmación: “Decido depender de Dios absolutamente para que Él haga tanto “el querer como el hacer” por su buena voluntad”.