Habitando en Su Palabra: Salmo 119Muestra

Sin «ש»

Salmo 119:161-168

Subraya en tu Biblia todas las veces que se hace referencia a la Palabra de Dios.

En esta estrofa el salmista sigue haciendo énfasis en la persecución de la que era objeto. Sin embargo, esto sigue sin ser el tema principal del salmista. Ya que él sigue poniendo su vista en Dios y Su Palabra.

• «Pero mi corazón teme Tus palabras» (v. 161 b).
• «Me regocijo en Tu palabra» (v. 162 b).
• «Pero amo Tu ley» (v. 163 b).
• «Siete veces al día te alabo, a causa de Tus justas ordenanzas» (v. 164).
• «Mi alma guarda Tus testimonios, y en gran manera los amo» (v. 167).
• «Guardo Tus preceptos y Tus testimonios, porque todos mis caminos están delante de Ti» (v. 168)

El salmista sigue poniendo delante de él, la Palabra de Dios. Sigue meditando en ella, orando y alabando. Este es un gran ejemplo de perseverancia que nosotros debemos seguir. No importa lo que estemos viviendo, el Señor debe ser lo primero en nuestra vida.

¿Sabes? La verdadera paz no viene de nada ni de nadie, sino de Dios mismo. Podemos tener todo lo material que deseemos, pero sin el Señor en nuestra vida, siempre hay un vacío difícil de llenar. Nuestro corazón tiene la necesidad de sentirse pleno, y esa plenitud está solo en Cristo Jesús.

El salmista declara:

«Mucha paz tienen los que aman Tu ley, y nada los hace tropezar» (v. 165).

Cristo Jesús es nuestra paz y Él nos ayuda a no tropezar. ¿Cómo? Él nos muestra el camino a seguir y si obedecemos, no caeremos. Si te sientes cansado y fatigado, ve a los brazos de Jesús en oración y permite que Él renueve tus fuerzas, tu fe y tu convicción. Persevera hasta el final en Sus promesas.