Habitando en Su Palabra: Salmo 119Ejemplo

Lámed « ל»

Lectura: Salmo 119:89-96

Subraya en tu Biblia todas las veces que se hace referencia a la Palabra de Dios.

Los primeros versículos de esta estrofa exaltan la inmutabilidad de Dios. Este atributo significa que Él no está sujeto a ningún cambio en Su ser, ni en Sus atributos, ni en Sus determinaciones.

«Para siempre, oh, Señor, Tu palabra está firme en los cielos. Tu fidelidad permanece por todas las generaciones; Tú estableciste la tierra, y ella permanece. Por Tus ordenanzas permanecen hasta hoy, pues todas las cosas te sirven» (v. 89-91).

Podemos confiar en Dios, ya que Él no cambia. Todo a nuestro alrededor cambia, pero Él siempre es Dios Fiel, Santo, Justo y Verdadero. ¡Podemos confiar en Él!

Esta certeza es la que fortalece al salmista en medio de su aflicción.

«Si Tu ley no hubiera sido mi deleite, entonces habría perecido en mi aflicción» (v. 92).

Lo único que sostiene al salmista es que confió en la Palabra de Dios.

¿En quién confías tú en medio de la aflicción?

Estamos en un mundo caído, esto quiere decir que vamos a sufrir. Jesús no negó esto. En cambio, nos dio el ánimo para que confiáramos en Él.

Busca en tu Biblia Juan 16:33

«Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo».

Al confiar en Jesús y Su Palabra, encontramos paz. Esa paz sobrepasa todo entendimiento. Porque es ahí donde comprendemos que Él es el principio y fin de todo. Por Él y para Él todo fue creado (Col 1:16-17). Podemos estar seguros.

Entonces, ¿cómo permanecer firmes en medio de la aflicción? Deleitándonos en el Señor y en Su inmutabilidad.

Responde, ¿cómo descansaré en Dios a partir de este día?