Habitando en Su Palabra: Salmo 119Muestra

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Lectura: Salmo 119:81-88

Subraya en tu Biblia todas las veces que se hace referencia a la Palabra de Dios.

En esta estrofa, el Salmo da un giro y el salmista presenta una oración de súplica ante el Señor. Veamos las Palabras de angustia que expresa el salmista:

• Mi alma desfallece por Tu salvación (v. 81 a).
• Mis ojos desfallecen esperando Tu palabra (v. 82 a).
• Aunque he llegado a ser como odre al humo (v. 83 a).
• Con mentira me han perseguido; ¡Ayúdame! (v. 86 b).
• Casi me destruyen en la tierra (v. 87 a).

Todas estas son declaraciones que nacen de un corazón afligido y desesperado. ¿Cuántas veces, tú y yo, nos hemos sentido así? Sin embargo, en medio de su angustia, el salmista no deja de reconocer el poder de Dios y sigue esperando y creyendo en Él.

• En Tu palabra espero. (v. 81 b).
• No me olvido de Tus estatutos. (v. 83 b).
• Todos Tus mandamientos son fieles; (v. 86 a).
• Pero yo no abandone Tus preceptos. (v. 87 b).
• Vivifícame conforme a Tu misericordia (v. 88 a).

No podemos evitar sentir angustia o temor ante los problemas que se nos presentan. Es más, es una reacción natural que nos ayuda a estar alertas. Pero lo que sí podemos evitar es que la angustia o el temor nos controlen y desvíen nuestra mirada de Dios. Sigamos el ejemplo del salmista y dirijamos nuestra boca para que alabe a Dios y dirijamos nuestro corazón a esperar en Él.

Medita y ora en Romanos 8:38-39

«Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro».