Rut Y Noemí, Una Historia De RedenciónMuestra
Todo el mundo ha experimentado la devastación de las relaciones rotas, los malentendidos, los intereses en conflicto y el egocentrismo que en muchas oportunidades amenaza con deshacer las relaciones de calidad y propósito. Los seres humanos nos evitamos cuando las relaciones están en tensión. Ministerios, empresas y hasta familias se disuelven cuando están en problemas. La culpa, el señalamiento, el juicio empañan las relaciones. Y los matrimonios a menudo se rompen cuando las diferencias no se pueden resolver.
Pero, cuando vemos el nivel de relación y compromiso que sostuvo Rut con su suegra Noemí, descubrimos que el deseo del corazón de Dios es que experimentemos la belleza de una relación autentica y verdaderamente comprometida. Una que resista las tormentas de la vida y dure tanto, en los buenos como en los malos tiempos. Porque cuando este tipo de relación prospera, Dios nos regala algo de su comunión trinitaria junto con el Hijo y el Espíritu Santo, y llegamos a ser portadores auténticos de la imagen de Dios para el mundo. Si no, mira como brillan los ministerios, las familias, las empresas, las relaciones, y los matrimonios que llegan a estar unánimes, juntos, comprometidos y leales a lo que Dios les da. No llegan a ser como una lampara que ilumina todo y no puede esconderse.
En nuestra lectura de hoy, vemos a Rut hacer alarde de este tipo de compromiso, un compromiso de lealtad, de amor genuino y desinteresado hacia su suegra Noemí. Una relación que implica sacrificio y entrega, hasta el punto de estar dispuesta a vivir no solo en la tierra de Noemí sino también de unirse a su pueblo y de convertirse en una seguidora y sierva del Dios de Israel.
La lealtad y el amor que Rut muestra a Noemí es una hermosa imagen del pacto de amor de Dios por su pueblo Israel en toda las Escrituras. Pero, también es una imagen del pacto de amor de Dios por ti y por mí, un pacto de amor eterno que está más allá de cualquier amor que podamos experimentar en este mundo.
Él nos ama, no porque nos hayamos ganado su amor o lo merezcamos, ni mucho menos porque creamos que nosotros le amamos primero. No, Su amor es incondicional, gracias a la obra de su Hijo Jesucristo a favor nuestro. Su amor por nosotros es ilimitado y nunca se acabará, ni conocerá temporadas de cambio, porque estamos en Cristo. Su pacto de amor señala que Él será nuestro Dios hoy, mañana y siempre. Y nosotros seremos su pueblo, sus hijos por adopción hoy, mañana y siempre. Ahora, puede que nosotros no siempre actuemos como su pueblo, o como sus hijos. Lo cierto es que, el compromiso y amor de Dios por nosotros nunca cambia, nunca vacila, el siempre permanece fiel, no se puede negar a sí mismo.
Las Escrituras lo aseguran de la siguiente manera en hechos 17:28: ”Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus poetas: “Nosotros somos su descendencia”.
¡Medita en esto!
Acerca de este Plan
El libro de Rut nos presenta una de las narraciones más cautivadoras de la Biblia, una historia que resuena con nuestras propias vidas, enfrentada en muchas oportunidades al dolor y a pérdidas paralizantes. Nuestra historia trata de dos viudas pobres, migrantes, desesperadas. Al final, veremos que Dios siempre estuvo presente dirigiendo de forma silenciosa, pero compasiva los pasos de estas mujeres hacia la redención.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://Conectar.conociendoaDios.net