Reconstrúyeme Muestra

SALMO 51

"UN CORAZÓN QUEBRANTADO CLAMANDO POR SER RESTAURADO Y RECONSTRUIDO".

Contexto:

David había pecado en asesinato, en adulterio, en ocultar su pecado y total dureza en su corazón al arrepentimiento.

Cuando escribí mi canción "Reconstrúyeme" estaba en un momento de mi vida en el que por consecuencias de mis malas decisiones y acciones pecaminosas, la angustia, confusión, culpa y vergüenza habían quebrado en pedazos mi mente y mi corazón, y sé que fue el Espíritu Santo el que me guió a la Biblia para encontrar paz y esperanza en su Palabra. Así que de pronto me encontraba leyendo el Salmo 51, leerlo fue un oasis a mi alma, mente y corazón. Primero, porque me sentí acompañada, encontré empatía al leer la Biblia, y entendí lo que David estaba expresando a Dios, era como si él me había robado las palabras.

Experimentar la paz que solo Dios con su Palabra puede darnos es insuperable, eso es el inicio de la reconstrucción que Dios quiere hacer en ti, él sabe cómo llegamos ante su presencia y no nos rechaza. Por el contrario, está dispuesto a literalmente poner manos a la obra, su obra, o sea tú.

Es demasiado lo que podríamos hablar de este Salmo, pero me gustaría durante estos tres días compartir lo que en esencia formó parte de la reconstrucción que hizo en mí y la que deseo que haga en ti.

En los versículos del 1 al 6 nos ayudan a reconstruir:

"LA LIBERTAD DE HABLAR DE MIS FALLAS Y PECADOS CON DIOS".

Muchas veces la vergüenza nos impide volver a Él. Estos versículos nos hacen conscientes de nuestra enorme necesidad de Dios y de su perdón, nos ayuda a valorar quién es Dios, su amor y su misericordia y también nos proyecta el corazón de Dios deseándonos vidas en honradez y sabiduría. Encontrarnos con esto es encontrarnos con la esperanza de ser transformados, en sus manos fuimos hechos y Él sabrá cómo repararnos y armarnos mejor que nadie.

"LA DISPOSICIÓN A QUE EL RECONSTRUYA CADA ÁREA ROTA DE MI VIDA".

Para esto es importante entender que, ¡NO PODEMOS SOLOS!

Medita en los versículos que acabas de leer, si pones atención puedes ver que David no pensó ni por un momento que podría limpiarse o reconstruirse él solo.

David necesitaba que Dios lo limpiara y que lo hiciera a través de su sangre. También Dios permitió esto por medio de uno de sus siervos (Natán) que le confronta con su pecado.

Esto nos enseña a acercarnos a Dios, pero también a siervos de confianza y maduros en la fe a los que podamos pedir ayuda para luego convertirnos en alguien que la brinde.