Conforme al corazón de DiosMuestra
Verdadero sacrificio
Mi abuelo solía tener un dicho: "Si vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo bien". Íbamos a armar un juguete nuevo y yo quería hacer caso omiso de las instrucciones y armarlo rápidamente para poder jugar con él. Entonces, él me miró y me dijo: "Si vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo bien". En aquel momento no entendí muy bien lo que quería decir, pero con el paso de los años me he dado cuenta de que tenía toda la razón. Cualquier cosa que consideremos que vale la pena hacer es probable que sea algo por lo que sacrificaríamos nuestro tiempo, esfuerzo, energía, dinero y concentración para hacerlo bien. Como creyentes, sabemos que uno de nuestros mayores llamados es adorar a Dios y declarar su grandeza. Para nosotros, la adoración entra claramente en la categoría de cosas que vale la pena hacer. Entonces, ¿cómo lo hacemos bien?
En 2 Samuel 24, aprendemos una importante enseñanza sobre la adoración a partir de la vida del rey David. La historia comienza con la decisión de David de desobedecer a Dios al realizar un censo en Israel, algo que explícitamente Dios había prohibido para la nación de Israel. El pecado de David trae consecuencias para la nación, y Dios le da a escoger a David entre tres castigos: tres años de hambruna, tres años huyendo de los enemigos, o tres días de plaga. David elige los tres días de plaga y, como consecuencia, mueren 70.000 israelitas. En un esfuerzo por terminar la plaga, David va a construir un altar en la era de un hombre llamado Arauna. Arauna ofrece gratuitamente al rey su era, pero David responde: "Eso no puede ser. No voy a ofrecer al Señor mi Dios holocaustos que nada me cuesten" (v. 24). Así que David compra la era, construye el altar, adora al Señor y la plaga se aleja de Israel.
En este pasaje, aprendemos una verdad clave sobre la naturaleza de la adoración: la adoración requiere sacrificio. David se niega a ofrecer un sacrificio al Señor que nada le cueste. Él sabe que su adoración es importante y sabe que Dios merece lo mejor que él tiene para ofrecer. Como creyentes, el valor que le damos a la adoración siempre estará determinado por lo que estemos dispuestos a poner en ella.
Entonces, ¿qué significa esto para nosotros? Tal vez esto es simplemente un recordatorio de que Dios merece lo mejor que tenemos. Tal vez sea una oportunidad para reflexionar sobre cómo podemos honrar mejor al Señor con nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra energía y nuestra alabanza. Esta semana, busquemos maneras de adorar al Señor con sacrificio, dándole lo mejor que tenemos para ofrecer.
PREGÚNTATE: ¿Cuáles son las distintas formas en las que puedes adorar a Dios? ¿Cómo puedes adorar con sacrificio esta semana?
Escrituras
Acerca de este Plan
El rey David es descrito en el Nuevo Testamento como un hombre conforme al corazón de Dios, lo que significa que su corazón estaba alineado con el de Él. Nuestro objetivo al estudiar la vida de David, es analizar las cosas que hizo en el 1˚ y 2˚ libro de Samuel, con el fin de que Dios moldee nuestro corazón y tengamos una intensa dedicación y espíritu parecidos al que David mostró a lo largo de su vida.
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