Conforme al corazón de DiosMuestra

Conforme al corazón de Dios

Cuando eras niño, probablemente acompañabas a tus padres al supermercado y los veías escoger la fruta, seleccionando la de mejor calidad. Recuerdo a mi padre tomar una sandía y probarla dándole un par de palmadas. Cuando oía el golpe seco perfecto, decía: "¡Esa está buena!". Cuando crecí, comencé a hacer mis propias compras y continué con esta práctica de dar golpes a las sandías. Sin embargo, me di cuenta de que estas observaciones externas no eran capaces de revelar completamente la calidad interna de la sandía. De la misma manera, hacer observaciones externas acerca de otra persona muestra poco de su carácter. Es su corazón el que revela la verdad profunda de sus cualidades internas.

Dios conoce y comprende lo más profundo de nuestros corazones y esto se hace evidente en la vida de David, un hombre "conforme al corazón del Señor". En la cultura actual, a menudo se nos valora por dónde vivimos, cómo nos vemos y lo que somos capaces de proporcionar. A veces resulta más fácil juzgar a una persona que comenzar a conocerla. Cuando leemos 1 Samuel 16, vemos al padre de David, Isaí, traer a todos sus hijos adultos y fuertes ante Samuel para que se ungiera al futuro rey de Israel. Incluso Samuel, el sacerdote del Señor, elige primero basándose en la apariencia, creyendo que Dios quería ungir a un hombre fuerte y bien parecido. Pero el Señor corrige a Samuel, recordándole que debe elegir basándose en el corazón y no en la apariencia. Elige a David como futuro gobernante.

Se nos recuerda que el Señor elige a sus hijos e hijas no en función de su aspecto, de lo fuertes que son, de cuánta gente conocen o incluso de cuánto dinero ganan. El Señor nos elige porque nos ama y desea que comprendamos su corazón. Su amor nos da una salvación que no se gana sino que se da gratuitamente habiendo sido pagada por la sangre de Cristo. Pero a menudo tratamos de ganarnos el amor del Señor o bien, el amor del mundo, por cómo vivimos nuestras vidas. Nuestros corazones, tiempo y energía muestran lo que realmente amamos y perseguimos.

Así que mientras leemos la historia de David y aprendemos la forma en que Cristo nos ama, comenzamos a entender cómo debemos vivir nuestras vidas de una manera que muestre el amor de Cristo a los demás no por cómo se ven, sino porque están hechos a imagen del Señor.

PREGÚNTATE: ¿Reconoces que Dios te ama pase lo que pase? ¿Qué pasos darás para moldear más tu corazón conforme al corazón de Dios?